En el mundo de la belleza, siempre surgen nuevas tendencias que prometen una piel más joven, tersa y libre de arrugas. Uno de los últimos fenómenos virales es el ‘face taping’, una técnica que consiste en aplicar cinta adhesiva en ciertas áreas del rostro para prevenir o reducir la apariencia de arrugas. La idea detrás de esta práctica es que, al inmovilizar ciertas áreas del rostro, se previenen los movimientos musculares que causan las arrugas dinámicas, como las líneas de la frente o las patas de gallo. Aunque esta técnica ha ganado popularidad en redes sociales, especialmente en plataformas como TikTok e Instagram, es importante analizar con detalle sus ventajas y, sobre todo, los posibles peligros de su uso.
Como suele ser habitual con este tipo de técnicas que prometen resultados rápidos en poco tiempo, la polémica está servida. Y para salir de dudas hemos consultado a una especialista en el tema, la Dra. María Victoria Fernández, directora médica de Clínica Doctora Fernández y experta de IBSA Derma en España.
En primer lugar, le preguntamos qué tiene de cierto esta tendencia. “Se trata de una técnica con la que se consigue, únicamente, cierta mejora estética momentánea y que no tiene un efecto terapéutico. Esta práctica ha sido utilizada desde hace años por muchas mujeres famosas para conseguir ese efecto ‘lifting’. Lo novedoso es aplicarlo directamente sobre la piel de la cara y luego ocultarlo con maquillaje o tirar de estos adhesivos con gomas enganchadas detrás del cabello, o incluso la práctica de utilizarlo durante la noche esperando un efecto terapéutico duradero en la prevención o tratamiento de las arrugas o la flaccidez. Sin embargo, sus efectos son simplemente visuales y efímeros”, explica.
Uno de los puntos que más críticas suscita son los pegamentos utilizados en las cintas adhesivas que se adhieren a la piel. Ya que lo primero que debemos tener en cuenta es que realmente no sirve para prevenir las arrugas, y puede resultar perjudicial por varias razones que explica la doctora.
“Un tape no es algo que sea normal llevar encima de la piel. Está indicado utilizar temporalmente un apósito sobre ciertas heridas o una sutura, o en el caso de que un fisioterapeuta nos aplique una cinta neuromuscular para tratar una parte del cuerpo; o incluso después de algunos tratamientos médico-estéticos en los que podemos utilizarlos para reducir la inflamación o mejorar su efecto. En estos casos se trata de materiales sanitarios de calidad, aplicados por un profesional de la salud y de uso transitorio y supervisado”, cuenta.
Más allá de las tendencias virales, si lo que se busca es lucir una piel más tersa, ya se sabe que lo ideal es la prevención y cuidar de nuestra salud y hábitos, tanto por dentro como por fuera.
“A nivel interno: una correcta nutrición, evitar tóxicos (no sólo tabaco o alcohol, también el estrés), beber agua y dormir suficiente, son hábitos básicos que nos ayudan a cuidar nuestra salud y nuestra piel a cualquier edad. Existen además suplementos orales (vitamina C, aceite de borraja, colágeno hidrolizado, ácido hialurónico, aminoácidos, etc) que, pautados de forma individual, pueden ayudarnos mucho”, puntualiza María Victoria Fernández y añade que a nivel tópico, hay que utilizar protección solar siempre, recurrir a una rutina cosmética de higiene e hidratación adecuada para cada persona con productos de calidad.
Por último, indica que, dependiendo de la edad e historia médica del paciente, recomendaría algún tipo de tratamiento o cuidado preventivo más adecuado en su caso. “Disponemos de un amplio abanico de tratamientos tanto no inyectables (láser, peelings médicos, radiofrecuencia, etc), como inyectables (ácido hialurónico, complejos híbridos, inductores del colágeno, hilos, vitaminas, neuromoduladores…), que nos permiten obtener resultados médicos visibles y duraderos en el tiempo”.
“Si bien el face taping puede parecer una solución rápida y económica para las arrugas, los riesgos asociados superan con creces los beneficios temporales. La ciencia del cuidado de la piel ha avanzado enormemente, y existen muchas alternativas más seguras y efectivas, como el uso de productos tópicos con retinol, protector solar, procedimientos mínimamente invasivos como los rellenos dérmicos, y tratamientos profesionales que han demostrado ser eficaces para prevenir y tratar las arrugas”, concluye.