Desde hace varios años, las uñas acrílicas cada vez son más demandadas. Ya sea por la posibilidad de lucir una paleta más larga y que se mantiene en perfecto estado durante más tiempo, como por los diseños tan atractivos que muestran las redes sociales que enamoran a las fanáticas del ‘nail art’. Una opción muy efectiva para quienes buscan lucir unas manos elegantes bajo una apariencia sofisticada y pulida. Sin embargo, cuando llega el momento de retirarlas -ya sea porque han crecido demasiado, se han dañado, o simplemente quieres un cambio de estilo- la historia se complica.
Aunque lo más recomendable es acudir de nuevo al salón de belleza, no siempre se tiene el tiempo suficiente ni las ganas. Pero, con los materiales adecuados y siguiendo una serie de pasos detallados, es posible quitarlas en casa sin que tus manos se resientan (aunque repetimos que siempre aconsejamos que lo haga un experto) demasiado. A continuación, explicamos los pasos a seguir para que hasta las más inexpertas puedan llevarlo a cabo con éxito.
Antes de comenzar, asegúrate de tener todos los materiales necesarios a mano: Un cortaúñas, una lima de grano grueso para limar las superficies, acetona pura para disolver el acrílico, algodones, papel de aluminio, un palito de naranjo para retirar los restos de acrílico, aceite para cutículas, un pulidor y un bol. ¿Lo tienes todo? Entonces ya puedes empezar.
En primer lugar, ayúdate de un cortaúñas para acortar las uñas acrílicas lo máximo posible sin dañar tu base natural. Esto hará que el proceso de eliminación sea más rápido y efectivo. A continuación, usa la lima de grano grueso para limar la superficie del acrílico. Este paso es crucial ya que rompe la capa superior del acrílico, permitiendo que la acetona penetre y lo disuelva más fácilmente.
Una vez que hayas hecho esto, empapa bolas de algodón en acetona pura. Asegúrate de que el algodón esté bien empapado, ya que esto facilitará el proceso de disolución del acrílico. Coloca estas bolas de algodón sobre cada uña. Luego, envuelve cada dedo con un trozo de papel de aluminio para mantener el algodón en su lugar y asegurar que la acetona no se evapore (el papel de aluminio también ayuda a crear calor, lo que acelera el proceso de disolución).
Deja que la acetona haga su efecto durante aproximadamente 20 o 30 minutos. Este tiempo puede variar dependiendo del grosor que tenga, pero siempre puedes desenvolver la uña para controlar en qué estado está y decidir así si lo dejas actuar más tiempo.
Cuando haya pasado el tiempo suficiente, retira el papel de aluminio y el algodón de las uñas y utiliza el palito de naranjo para retirar suavemente el acrílico suavizado. Si el acrílico no se desprende fácilmente, vuelve a envolver la uña y espera unos minutos más.
Posteriormente, cuando hayas eliminado la mayor parte del acrílico, usa una lima de uñas suave para eliminar cualquier residuo restante y remata con el bloque pulidor para suavizar la superficie y restaurar su apariencia.
Para terminar, aplica aceite para cutículas o una crema hidratante para restaurar la humedad y nutrir la piel, cutículas y paletas. No te saltes este paso ya que resulta muy importante para prevenir la sequedad y la fragilidad.
Y recuerda, después de quitar las uñas acrílicas, dales un descanso antes de aplicar nuevas uñas postizas o esmalte. Esto permitirá que se recuperen y se mantengan fuertes.
Suscríbete a la newsletter de Divinity y recibirás toda la información de celebrities y corazón cada semana en tu mail