Las infusiones cuidan de nuestra piel y del resto de nuestro organismo desde hace miles de años. Tanto bebidas como aplicadas de manera tópica, numerosas plantas infusionadas nos repartan todo tipo de beneficios: son capaces de tratar afecciones de la piel, desintoxicar, reafirmar y rejuvenecer.
A veces los gestos más sencillos y, por qué no decirlo, económicos nos reportan resultados evidentes que superan todas nuestras expectativas. La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, y cuidar de ella para que esté sana y luzca es algo que debemos hacer desde diferentes frentes. Una buena alimentación, descansar las horas pertinentes y utilizar productos adecuados para nuestro tipo de piel y sus necesidades es imprescindible.
Aquí tienes las mejores infusiones para cuidar de tu piel de manera directa. Muchas de ellas son deliciosas para beber, pero puedes aprovechar todos su beneficios aplicándolas con un algodón sobre la piel limpia. Prepárate para descubrir todo lo que las plantas pueden hacer por ti.
La infusión de hinojo es ideal para mejorar la digestión, es antiinflamatoria, mejora el sistema inmune y previene el envejecimiento de la piel. Por lo tanto, bebiéndola ya podrías notar su beneficios. Aplicada directamente sobre la piel, es ideal para las grasas y las maduras, ya que calma, hidrata y rejuvenece. Además, es cicatrizante, por lo que te ayudará a cuidar posibles heridas.
La infusión de manzanilla está llena de propiedades que no podemos dejar de repetir. Además de ayudarnos a mejorar las digestiones y favorecer el descanso nocturno (algo que también se refleja en la piel), no podemos olvidar cómo calma y deshincha la zona del contorno de ojos si la aplicamos directamente.
Pero ese mismo efecto se produce en el resto de la piel del rostro, así que no dudes en utilizarla como tónico cuando realizas la limpieza diaria. Además, la manzanilla tiene un compuesto, la quercetina, que protege la piel del año solar.
No nos cansamos de elogiar los beneficios que tiene la raíz de jengibre infusionada en nuestro organismo. Ayuda al sistema digestivo, previene y ayuda a tratar los catarros, activa el metabolismo y es un potente antiinflamatorio. Su acción es tan poderosa, que beber una infusión diaria de jengibre mejorará el aspecto de tu piel, además de hacerte sentir mejor por dentro.
El tomillo es una planta de la que poco hablamos para la cantidad de propiedades que tiene. Es antiséptica y antibacteriana como pocas, además de antiinflamatoria, cicatrizante y antioxidante. Es muy recomendable para las personas que tienen problemas respiratorios y funciona muy bien como antitusivo. Para aplicarla sobre la piel es perfecta, sobre todo cuando se tiene acné, granitos o cualquier tipo de herida que sea necesario desinfectar.
Esta planta es una auténtica maravilla a la hora de hablar del cuidado de la piel. Aplicada la infusión de manera directa sobre ella reduce la inflamación y favorece la regeneración de la piel. Es perfecta para tratar pieles con dermatitis, descamación o acné. Alivia el enrojecimiento cutáneo y ayuda a tratar granitos y urticarias.
Al té blanco se le conoce también como el “té de la belleza”, y este sobrenombre no es en vano. Una de las grandes virtudes de esta planta es su contenido en vitamina C, una de las grandes aliadas del cuidado de la piel. Úsalo como tónico, sea como sea tu tipo de piel, y aprovecha sus virtudes si tienes la piel apagada o con un punto opaco. Y, por supuesto, bébela siempre que te apetezca.
Esta planta de origen africano no contiene teína ni cafeína, por lo que puede tomarla todo el mundo. Es remineralizante, algo que le viene de maravilla a nuestra piel, y la protege de daños medioambientales como la contaminación o el humo. Esto mismo ocurre si la utilizas como tónica, y está especialmente recomendada en caso de tener dermatitis o eccemas.