Aunque sepamos la importancia que tiene protegernos del sol cuando nos exponemos a él directamente, la llegada del verano puede hacer que un despiste nos provoque algún tipo de quemadura solar. Aliviar y curar las quemaduras causadas por el sol, si no son graves, es posible gracias a diferentes remedios caseros.
Contamos con que, a estas alturas, todos sabemos que hay que evitar las exposiciones prolongadas al sol y que siempre debemos utilizar un protector solar, con un SPF 30 como mínimo (y mejor si es de 50). Las consecuencias de no hacerlo van desde causar daños en la piel, como enrojecimiento, descamación o ampollas, hasta el desarrollo de un cáncer.
Pero, si a pesar de la prevención, no hemos conseguido evitar la quemadura, podemos tratarla en casa, siempre que no resista gravedad. Si la quemadura presenta ampollas o viene acompañada de fiebre, debilidad o escalofríos, es necesario acudir al médico.
En el caso de que se trata de una quemadura leve, aquí tienes una lista de remedios caseros que te ayudarán a calmar tu piel y a curarla. Eso sí, hasta que la quemadura no haya desaparecido, no vuelvas a exponer la zona a los rayos directos del sol.
Una ducha o un baño en agua fría puede ser de mucha ayuda para calmar las molestias causadas por la quemadura y a rebajar la sensación de calor. Es importante que el agua no esté helada, y tampoco es necesario que se la ducha se prolongue demasiado.
Si la quemadura es pequeña, puede bastar con aplicar una compresa empapada en agua fría, pero en ningún caso hay que frotar la piel con ella. Para la ducha corriente, descarta los productos con jabón.
Al igual que ocurre con el agua fría, el hielo ayuda a calmar la inflamación, el dolor y a rebajar la sensación de calor. Es perfecto para quemaduras pequeñas, pero lo más importante de todo es que nunca lo apliques directamente sobre la piel, porque agravaría el daño. Envuélvelo en un paño fino y aplícalo sin frotar sobre la quemadura.
Por un sinfín de motivos, deberíamos tener en casa una planta de aloe vera y disfrutar de todas sus propiedades, especialmente cuando tenemos una quemadura, ya sea causada por la exposición al sol o por un accidente doméstico.
El aloe vera ayuda a calmar el dolor, reduce la inflamación, es cicatrizante y tiene un poder antiséptico que ayuda a que la quemadura no se infecte. Corta una de las hojas inferiores desde la parte más cercana a la tierra. Haz un corte transversal en la hoja que te permita abrirla por la mitad para obtener la pulpa, y aplícala directamente en la quemadura.
Los párpados son una zona indebidamente olvidada cuando nos aplicamos el protector solar y corren el riesgo de quemarse. Si esto ocurre, infusiona una bolsita de té verde y déjala enfriar. Luego utiliza un algodón o gasa para empaparlo en ella y aplicarlo directamente en ella y deja que actúe. Cambia el algodón las veces que creas necesario.
El vinagre contiene ácidos acéticos que ayudan a que disminuya la irritación de la piel. Para utilizarlo sobre una quemadura solo necesitas diluir una cucharada en un litro de agua y aplicar con una compresa en la zona a tratar. Recuerda que el agua nunca debe estar caliente, y que si está fría el beneficio para la piel será doble.
Aunque no se trate de una solución tópica, beber mucha agua es imprescindible para combatir una quemadura producida por el sol. Nuestro cuerpo, inevitablemente, estará deshidratado, y no hay mejor forma de combatirlo que bebiendo agua. De hecho, esto es algo que no deberíamos olvidar cuando pasamos un tiempo considerable en la playa o en la piscina.
No olvides utilizar, tanto en la quemadura como en el resto del cuerpo, una crema hidratante hipoalergénica que te ayude a paliar los efectos del sol en la piel. Tener siempre a mano una crema after sun es la mejor opción, ya que tienen una composición pensada para cuidar la piel en estos casos. Descarta utilizar vaselina, porque a pesar de ser muy hidratante, forma una capa que obstruye los poros y puede aumentar el riesgo de infección.