Cuello y escote: yoga facial y otras claves necesarias para evitar arrugas y saber combatirlas
El cuello y el escote son una de las zonas más conflictivas en lo que a arrugas se refiere. Son casi inevitables, pero podemos anticiparnos a ellas y suavizarlas.
En lo que a cuidados de la piel se refiere siempre estamos realmente preocupadas por el rostro, y en concreto por la parte del contorno de ojos y labios porque no dejamos de escuchar que es la zona que primero sufre las arrugas y demás signos de la edad. En general, realizamos una rutina diaria de cuidado de la piel que es casi una religión. La hacemos día y noche pero muchas veces cometemos un error del que ni siquiera nos damos cuenta: parar de aplicar el tratamiento justo cuando llegamos a la barbilla.
También es importante cuidar la piel del escote y del cuello y hacerlo muy a fondo y específicamente y por algo básico: su piel, aunque no lo parezca, es diferente a la del resto del cuerpo. “La piel del escote es más fina que la del resto del cuerpo y no tiene compartimentos grasos (lo que provoca que pierda densidad y se arrugue con mucha facilidad). A menudo está foto-expuesta y hay que tener en cuenta que tiene la compleja labor de sujetar y mantener el tejido glandular y mamario. Todos estos aspectos hacen que el escote sea una zona muy delicada”, cuenta Patricia Cuenca, Directora Técnica de Oxigen.
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Lo mismo ocurre con la piel del cuello: “al ser más fina, tiene menos poder de sustento y es más sensible, como ocurre con el área del contorno de los ojos. Es por ello que requiere de productos que trabajen con menores concentraciones y que tengan en cuenta su máxima delicadeza”, señala Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza.
Además, en general, “al ser más fina y, sobre todo en el cuello, al haber menos musculatura, tiene un menor sustento. Es por ello que suele reflejar antes que otras áreas las arrugas o el descolgamiento”, afirma Raquel González, directora de educación de Perricone MD.
Y no solo es que la piel del cuello y el escote sea más fina. “La piel del escote, aparte de ser más fina y sensible está sometida a todos los cambios de temperatura y la exponemos más de los necesario a los rayos”, indica la Doctora Paula Rosso, del Centro Médico Lajo Plaza. “Por ello, suele reflejar muchos capilares rotos, presencia de manchas solares”, comenta Bella Hurtado, directora de educación de Aromatherapy Associates. “Tampoco la cuidamos de la misma manera que la cara: no aplicamos cremas adecuadas ni tratamientos estéticos de la misma manera que hacemos con el rostro”, añade la primera.
Por su parte, a todo esto hay que añadir que “los cambios hormonales influyen drásticamente en cómo envejecen cuello y escote, haciendo que en muchas ocasiones al propio envejecimiento de la piel se le sume la temida papada”, explica la directora técnica de Medik8, Elisabeth San Gregorio. A lo que Raquel González añade que “los cambios hormonales a lo largo de los años hacen que se suba y se baje más de peso, haciendo que la piel del cuello se laxe y se marquen esas arrugas o finas líneas verticales.”
En definitiva, está claro que el cuello y el escote necesitan no solo unos cuidados específicos sino unas formulaciones de ingredientes concretas y, lo más importante, anticiparse a que las arrugas aparezcan y la piel comience a descolgarse. Aquí te damos las claves para saber, por fin, cómo cuidar el cuello y el escote.
Yoga facial
O gimnasia facial. Consiste, básicamente, en mover distintos músculos de la cara, en este caso los de la parte inferior de esta, abriendo y cerrando la boca, estirándola o apretando los dientes, para ejercitar los músculos que la unen al cuello y al escote. De esta forma conseguiremos que estas zonas estén más tersas e incluso disminuir la papada.
Eleva el ordenador
Otra de las formas de eliminar o más bien de evitar la papada es elevar la pantalla del ordenador, ya que al agachar demasiado el cuello si tenemos la silla ligeramente más elevada que la pantalla haremos que se marque la papada.
No exfolies demasiado
A pesar de que haya que cuidar la piel del cuello y el escote, tampoco hay que pasarse. Por ejemplo, a esta zona del cuerpo no le sientan del todo bien las exfoliaciones: “El recambio celular natural se produce cada 21 días y en el caso de la piel del escote no sería recomendable realizar una exfoliación antes de tres semanas. Además debe ser controlada y no muy agresiva”, confirma la Doctora Pilar de Benito, médico estético de Slow Life House.
Cremas y tratamientos
Esto, sin duda, es lo más básico. A pesar de que pongamos de nuestra parte con ejercicios y mejorando la postura, las cremas son fundamentales para mantener el cuello y el escote jóvenes. “Busca cosmética que lleve activos hidratantes como el ácido hialurónico, antioxidantes como la vitamina E, ceramidas que rellenen la piel, e ingredientes de acción reafirmante y antiarrugas como las proteínas de soja y trigo o el silicio orgánico, así como aceleradores de la síntesis de colágeno”, recomienda la Doctora Pilar de Benito. Entre estas cremas, destaca la Firming Neck Cream de Omorovicza, disponible por 115 euros. Es una reafirmante de cuello que mejora la elasticidad gracias a las enzimas de trufa blanca y el ácido leontopodio, que reduce las arrugas. Cuenta con ácido hialurónico de dos pesos moleculares para penetrar más profundo e hidratar bien la piel.
Otra opción es esta de Perricone MD, que se puede aplicar para cuidar la piel del escote como la del cuello. Se trata de Cold Plasma Neck & Chest, que reafirma y rejuvenece gracias a activos como las vitaminas B3 y C o el DMAE. Cuesta 89 euros.
Si las cremas o los tratamientos en casa como rutina diaria no fueran necesarios, se recomiendan tratamientos más específicos. Entre ellos, los hilos PDA de Slow Life House para reafirmar escote y pecho, que elimina las arrugas y tersa la piel de la zona (100 euros); El Inhibit V-Neck Cuello Firme, tratamiento tensor que corrige y difumina los signos de la edad y da firmeza al cuello; y el tratamiento de Láser + AH del Centro Médico Bajo Plaza. Consiste en combinar el láser con ácido hialurónico. Se mejora la elasticidad de la piel con el láser y se reestructura y revitaliza con el ácido hialurónico.
A los 30
O a los 35 como muy tarde es la edad a la que hay que empezar a cuidar en profundidad la zona del cuello y el escote. “Es a esta edad cuando la pérdida de colágeno es evidente y la acumulación de la radiación solar comienza a pasar factura. La pérdida de firmeza y la aparición de manchas es la primera señal de que el escote está envejeciendo”, comenta Patricia Cuenca. Por eso, “desde que cumplimos 30 años, lo ideal sería empezar a recurrir a estos productos específicos. Es la manera de prevenir, reforzando la piel y aumentando su elasticidad y firmeza, para que sea más resistente a los agentes externos y al paso de los años”, añade Raquel González, de Perricone MD.
No al push-up
Esto, sobre todo, es un truco para saber cómo cuidar la piel del escote. “No es recomendable utilizar continuamente modelos push-up ya que favorecen la aparición de pliegues y arrugas. Sería recomendable que el sujetador, tanto en contorno como en copa, se adapte a la talla real de la usuaria, sin comprimir ni quedar demasiado holgado porque los dos extremos son perjudiciales para el escote”, explica Pilar de Benito.
Asimismo, también se recomienda usar sujetadores deportivos que sostengan el pecho ajustado y no realizar ejercicios demasiado bruscos para evitar las arrugas y los descolgamientos.
Dormir con sujetador
Esta es una de las claves para cómo evitar las arrugas. Aunque siempre hemos oído que esto daña la mama, depende mucho de la talla de sujetador que se necesite: “Si tenemos una talla de pecho de más de 95 una buena recomendación es dormir con sujetadores que prevengan la aparición de las finas arrugas de la región central del escote o dormir boca arriba para evitar su aparición”, señala la Doctora Paula Rosso, del Centro Médico Lajo Plaza. De hecho, también "es muy aconsejable dormir con un cojín de rulo entre los pechos que evite la caída de la mama cuando dormimos de lado”, para proteger la zona intermamaria, desvela Ana Puelles, de Estética Lostao.