El lifting de pestañas es el tratamiento más demandado para conseguir una mirada impactante, bonita y natural. A diferencia de la permanente, que riza las pestañas, el lifting es un tratamiento más completo que las alarga, riza y eleva desde la raíz, al tiempo que las oscurece. Para que el tratamiento sea efectivo y dure el máximo de tiempo posible, es importante prestar atención a los cuidados posteriores al lifting.
El lifting se realiza sobre la pestaña limpia, y en ella se pega un molde de silicona con forma de media luna. El tamaño del molde vendrá determinado por la longitud de las pestañas, y se adhiere a ellas con la ayuda de un punzón y un gel fijador.
A continuación se aplica un producto que ayuda a que las pestañas experimenten un proceso químico que abra el pelo. Tarda unos 15 minutos en hacer efecto y durante este tiempo, y desde que comienza el proceso, deberás permanecer con los ojos cerrados.
Después de aplica un neutralizante para que la pestaña tome la forma del molde de silicona y quede rizada. Por último, se aplica el tinte de pestañas, seguido de un sérum hidratante que les dará el acabado perfecto.
El lifting suele durar dos o tres meses, y puedes repetir el proceso siempre que quieras. Pero es justo al terminar el tratamiento cuando toca atender a los cuidados que harán que disfrutemos de pestañas bonitas durante más tiempo. Toma nota y presume de una mirada de alto impacto.
Hay quien dice que con 8 horas es suficiente, pero hay profesionales que recomiendan no mojar ni humedecer el ojo en las 24 horas siguientes. Así que lo ideal es que te limpies la cara con una toalla o algodón humedecido, evitando la zona del ojo. Y, por supuesto, nada de bañarte en el mar o la piscina.
Los vapores y el calor extremos pueden afectar a la nueva estructura de la pestaña, que aún se está fijando. Olvida los baños, saunas, etc., al menos durante un día. Mejor una ducha rápida y no muy caliente, en la que tengas cuidado para que el agua no alcance los ojos. Tras 24 horas podrás volver a hacer vida normal y bañarte todo lo que quieras.
Puede utilizar máscara de pestañas para presumir como nunca de mirada, pero que no sea resistente al agua para que la puedas retirar sin alterar el tratamiento. De hecho, es muy importante que las limpies a conciencia por la noche para que no queden restos de producto. Utiliza un limpiador sin aceites, como el agua micelar, y retira la máscara con movimientos suaves y ascendentes, respetando la curvatura de la pestaña.
Ni con las manos, ni con las sábanas al dormir la primera noche. No es cuestión de que te obsesiones y pases la noche en vela, pero intenta mantener una postura en la que las pestañas no friccionen con las sábanas. Recuerda que son solo unas horas para dejar que el tratamiento se asiente. Usa un antifaz tampoco es buena idea.
Un lifting bien hecho ya habrá conseguido el rizo de pestañas que más te favorezca, y utilizando un rizador manual solo puedes conseguir que tu pestaña se rompa. No te cortes en utilizar un sérum o un producto que las hidrate, del mismo modo que máscaras de pestañas que se eliminen con agua. Pero el rizador manual no será necesario.