Las operaciones y retoques estéticos se han convertido para muchos en temas tabús. Aunque son muchas las celebrities que no tienen problema en hablar distendidamente sobre los cambios físicos a los que se han sometido, otras muchas prefieren mantenerlo en secreto. Este no es el caso de Aída Domènech. Con cerca de tres millones de seguidores en Instagram, la conocida como Dulceida no oculta a su legión de seguidores todo lo que acontece en su vida privada. En su última entrevista en televisión, la catalana ha hablado de cómo conoció el éxito, de cuánto se puede llegar a cobrar en su profesión, de su historia de amor con Alba (de la cual siempre ha reconocido estar enamorada) o de lo mal que lo pasó las semanas posteriores a su operación de reducción de pecho.
Dulceida se sentaba con Pablo Motos en su programa y repasaba su trayectoria profesional y algunos de sus hitos personales. La joven de 31 años aclaraba que su exposición pública no es nada fácil de llevar y que para dedicarse a las redes “hay que ser muy fuerte mentalmente porque estás continuamente expuesto a críticas”. Entre risas y anécdotas varias, como que se chupa el dedo para poder dormirse y por eso tiene los dientes "bastante salidos", el presentador se interesaba sobre las pesadillas que tuvo tras pasar por el quirófano para realizarse una reducción mamaria. “La semana esa que no te puedes ni mover, yo soñaba que de repente me despertaba y tenía un pezón enganchado en la sábana o que las tenía más grandes todavía”, aseguraba.
No es la primera vez que habla de ellos. Hace seis años publicó un vídeo en su canal de Youtube para contar a sus ‘preciosos’ cómo había vivido esta operación. La catalana retrocedía en el tiempo y situaba el origen de su complejo en la adolescencia, cuando empezó a tener más pecho que otras niñas. “Todas tenían muy pocas tetas y yo tenía muchísimas, y algún gracioso decidió ponerme ‘Aída la tetona”, desvelaba el apodo que le habían puesto y que no le hacía gracia alguna. Según iba pasando el tiempo “crecían más y cada vez me gustaba menos”, por lo que, a los 16 años, y tras agravarse el problema con dolores de espalda, le comunicó a su madre que estaba dispuesta a pasar por el quirófano. “Llegó un punto que la gente por la calle me miraba y empecé a coger trauma. Me miraba al espejo y me daba asco. Lo empecé a pasar muy mal”, confesaba.
El 04 de enero de 2013 cumplía su propósito de ser operada después de ahorrar el dinero y ahora lo califica como “una de las mejores cosas que he hecho en mi vida”. En esta misma grabación, Aída recordaba cómo fueron aquellos días. “La noche de antes casi no dormí”, admitía Domènech el grado de su inquietud horas antes de tumbarse en la camilla, reconociendo que al llegar al hospital, y con ayuda de medicamentos, pudo relajarse. “Estaba nerviosísima. Lo que pasa es que fui a mi habitación de la clínica y te ponen un diazepam o una pastilla que te deja zombie y ya los nervios se me fueron”. Tras ser anestesiada, la influencer no recuerda nada más, solo despertarse y ver su cuerpo vendado. “Lo peor de la operación fue cuando te sacan los drenajes, me caí rendida al suelo. Llevas un drenaje por todo el pecho, entonces te lo estiran y notas que te atraviesan todo el pecho”, rememoraba.
Con el paso de los años, Dulceida ha ido acumulando miles de seguidores y muchos desconocían este episodio personal de la it girl. Por esta razón, uno de ellos le solicitaba el pasado mes de mayo en un ‘preguntas y respuestas’ que mostrara una imagen de ella antes de someterse a esta reducción. Con un trikini de color marrón y una corona de flores en la cabeza, Dulceida descubría una fotografía de su pasado en la que posaba junto a una amiga. “Lo más importante es que lo hagáis con un buen cirujano y os cuidéis mucho el pecho durante la recuperación y el primer año”, aconsejaba en sus redes sociales adjuntando el enlace a su testimonio para que lo disfrutaran aquellos que no tenían ni idea de su retoque.