Desnatada, entera o semidesnatada. Con o sin lactosa. De vaca, de almendras o de soja. Lo cierto es que existen infinidad de tipos de leches para todos los gustos, intolerancia o hábitos alimenticios. La leche de soja es una de las que más fama ha cogido en los últimos años, siendo una bebida vegetal que se elabora a través de los granos de soja. Lo que muchos no saben es que realmente no es leche, aunque por su aspecto se le ha atribuido este nombre, además de por ser uno de los principales sustitutos para la leche animal y por haberse instaurado en el mundo vegano y vegetariano.
La soja ya de por sí es famosa por su contenido nutricional en sus distintas variantes, aunque precisamente en la leche se pueden encontrar gran cantidad de vitaminas entre las que destaca la A y la E, aunque también contiene vitaminas del grupo B, D o K. En cuanto a minerales se pueden encontrar el calcio, fósforo o magnesio. Además, otro de sus puntos fuertes es que es una leche con un bajo contenido en calorías y grasas, es más, no tiene ni rastro de colesterol.
Analizando de esta forma sus componentes, el valor energético de la leche de soja es mucho menor que el de la leche de origen animal, así como el calcio, aunque las grasas de la soja son más sanas, sin presencia de colesterol, que se sustituye por citosterol, el colesterol vegetal.
Uno de los principales beneficios que se puede encontrar en la soja es que puede ayudar a reducir los niveles de colesterol en las personas que tengan problemas con sus valores al ser demasiado altos y ser la leche de soja un alimento que carecer de colesterol. Como tal, es un alimentos que puede ayudar a mantener la salud del sistema circulatorio e incluso a controlar la tensión arterial. En mujeres de mediana edad la ingesta de leche de soja podría servir para reducir algunos de los síntomas provocados por la menopausia de forma leve.
Por su parte, al tener una cantidad notable de calcio y otros minerales como el magnesio es beneficiosa para el mantenimiento de los huesos, especialmente para reducir el riesgo de padecer osteoporosis en mujeres, pues ayuda a mantener adecuadamente la densidad ósea. Para todas aquellas personas que tienen algún tipo de alergia hacia las proteínas de la leche animal, en especial la de vaca, es una buena alternativa, así como para todos aquellos que sufren intolerancia a la lactosa y deben consumir los lácteos sin ese componente.
A pesar de que la leche de soja puede parecer ideal, hay casos en los que no es del todo recomendada. Principalmente no se debe tomar cuando se es alérgico a la soja, que puede ocurrir. Al tomarla en estos casos podría producirse una urticaria e incluso la hinchazón de la glotis, dependiendo todo del nivel de alergia que tenga la persona afectada. Tampoco es que la leche de soja ayude a adelgazar, sí que se puede incluir en este tipo de dietas, pero como también puede hacerse con la leche de vaca semidesnatada.
Por otro lado, se ha hablado muchas veces de la leche de soja para los niños, pero lo cierto es que no es recomendable que esta sustituya los lácteos que toman los más pequeños, ya que podría afectar a su desarrollo y crecimiento, especialmente en los bebés. Es a partir de los dos años cuando podrían comenzar a tomarla, pero realmente se recomienda que continúen tomando leche específica para los niños de su edad.
Teniendo en cuenta las contraindicaciones que existen sobre la leche de soja, realmente es un producto beneficioso que se puede incluir en la dieta, especialmente para los veganos, vegetarianos o quienes tengan algún tipo de intolerancia a la lactosa y les sea más complicado tomar leche de origen animal.