Maquillarte con todo lujo de detalles y esmerarte en el acabado puede resultar muy frustrante si en apenas dos horas la base es imperceptible, el pintalabios brilla pero por su ausencia, y la máscara de pestañas se pasea libremente alrededor del ojo. A todas nos ha pasado, y lo cierto es que resulta mucho más motivador maquillarte frente al espejo sabiendo que el resultado va a permanecer inalterable todo el día. ¿Esto es posible? Por supuesto si conoces los pasos y trucos para hacer que el maquillaje dure más tiempo. Son tan sencillos como efectivos, y una vez que los aprendes los aplicarás sin darte cuenta.
No solo debes limpiar la piel mañana y noche para eliminar los restos de maquillaje y producto. Sobre una piel sucia no puedes maquillarte y que todo salga como pretendes, porque el resultado será imperfecto, durará menos y tu piel sufrirá. Así que no olvides que el primer paso es que esté limpia y, de paso, recuerda usar un exfoliante un par de veces por semana para que esté más lisa y sin restos de células muertas.
Aunque tengas una base de maquillaje que parezca milagrosa, no va a sustituir de ninguna manera a tu crema hidratante. Esta, además de contener activos que cuidan de tu piel, la dejan preparada para maquillarte y que el producto no quede cuarteado. Aplícala sobre la piel limpia y espera 5 minutos antes de empezar a maquillarte para que se absorba correctamente. Y si es necesario, retira el exceso de producto con un pañuelo de papel.
Las que han incorporado este producto a su rutina de maquillaje ya saben que supone un antes y un después, tanto en el acabado como en la duración. Son fórmulas transparentes que cumplen una doble función. Por un lado dejan el rostro uniforme, disimulando imperfecciones y arrugas, y por el otro actúan como un fijador que logra que el maquillaje permanezca inalterable durante horas.
Además de elegir una base de maquillaje con cobertura y que sea del mismo tono de tu piel, la forma de aplicarlo puede marcar la diferencia. Los expertos en maquillaje muestran su preferencia por las brochas planas, frente a clásica esponja o los dedos. Aseguran que el acabado es más pulido, el producto se funde mejor con la piel y, por lo tanto dura más. Además, se aprovecha mejor el maquillaje ya que necesitas menos cantidad que si utilizaras la esponja o los dedos.
Lo cierto es que todos los pasos anteriores, a pesar de ser imprescindible, pueden no funcionar tan bien como nos gustaría si nos saltamos el último: fijar el maquillaje. Para conseguir que se adhiera a la piel durante horas los polvos sueltos, del mismo tono que la piel, son la clave. Pero, además, habría que añadir un producto fijador, porque hace maravillas: atenúa el exceso de producto, evita las humedades en la piel y mantiene los brillos bajo control. Aplícalo dibujando una T en la frente y la nariz, y una X en el restro del rostro.