Cada cabello es un mundo y, por eso, necesitará unos cuidados especiales. No podrás usar los mismos productos si tienes el pelo liso o rizado ni tampoco si lo tienes más fino o con más volumen. Además, deberás saber que ingredientes le vienen mejor a tu cabello y cuáles tendrás que evitar. Por ejemplo, en el caso de que tengas el pelo rizado, una de tus mejores aliadas será la proteína, que te ayudará a que los rizos estén mucho más definidos y que tengas un pelo con volumen y movimiento.
Por tanto, una de las razones por las que sabremos que nuestro pelo necesita proteínas es en el caso de que tenga una alta porosidad. Así, la cutícula estará abierta, dañada y habrá perdido aquellas proteínas que serán totalmente necesarias para su reparación. Por tanto, será esencial que se proporcione ese extra de proteínas, que el cabello agradecerá. Para saber si realmente está realmente dañado o no tendrás que conocer bien cómo es tu cabello.
Aquellos cabellos que tengan un exceso de proteína tendrán una apariencia frágil, serán más opacos y habrán perdido toda su elasticidad. Además, se podrán romper con más facilidad. Así, no conseguirás una buena definición de los rizos. En estos casos, lo mejor será dejar de utilizar productos con proteínas durante una temporada y, también, dedicar un tiempo solamente a la hidratación. En cuanto el cabello cambie de aspecto deberás volver a tu rutina habitual, aunque utilizando productos mixtos, hidratantes y con proteínas.
En el caso de que falten proteínas, probablemente tengas el pelo con una alta porosidad y, también, con un aspecto más seco al que le cuesta hidratarse o que bien esté sobrehidratado. Este tipo de pelos suelen perder elasticidad, se languidecen y si lo estiras, retroceden, pero no vuelven a su estado natural. Además, podrá parecer más grasiento y brillante. En estos casos habrá que proporcionar un extra de proteínas, así como bajar la intensidad de las hidrataciones. También, será muy importante hacer uso de mascarillas y productos con un gran aporte de proteínas.
En cuanto observes que tu cabello se repone, lo mejor será que vuelvas a tu rutina habitual y tendrás que usar productos mixtos, sin pasarte con las proteínas. Por tanto, será muy importante tener un equilibrio en las proteínas del cabello, ya que un pelo con exceso de proteínas y de alta porosidad puede estar apagado, opaco sin brillo, encrespado y seco. Por eso, lo mejor será hacer un uso controlado de las proteínas para no gozar de un exceso y la sobrecarga que puede conllevar. Por tanto, se podrá tener un pelo bonito si somos conscientes de buscar un punto intermedio con las proteínas.
Para disfrutar de un producto con proteínas no hará falta que te vayas a comprarlo en una tienda, ya que cada vez son más comunes las mascarillas capilares de proteínas caseras. Están hechas a base de productos naturales y, así, aportan a nuestro cabello una gran cantidad de nutrientes. Estas nos ayudarán a reparar los huecos que se han provocado. Estos daños suelen ser provocados por tintes, alisados químicos, calor en exceso y todo aquello que hemos hecho mal con nuestro cabello. Si el cabello rizado le faltan proteínas irán perdiendo su patrón de rizo y cuando tiene exceso de proteína está descontrolado.
Estas mascarillas de proteínas se pueden utilizar cada dos semanas y, luego, una vez cada mes. Lo mejor será que realices todo el proceso 24 horas antes de ponerte cualquier tinte o mechas para que actúe mejor. También, es muy importante que se tenga el cabello limpio y lavándolo sin sulfatos ni siliconas. Para hacer tu mascarilla en casa, lo ideal será que uses un huevo, que será una gran fuente de proteínas y, por tanto, favorecerá el crecimiento del cabello y aportarán cierta resistencia. De la misma forma, logrará regenerar el pelo y, también, tendrá propiedades antisépticas.
Para la mascarilla habrá que utilizar dos yemas de huevo y dos cucharadas de aceite de oliva. Pata ello, habrá que mezclar todos los ingredientes hasta obtener una pasta consistente y, luego, habrá que aplicar sobre el cabello rizado y limpio. El siguiente paso será recoger el pelo con un gorro térmico y, pasados unos quince minutos, retirar toda la mezcla con abundante agua. Además, podrás hacer uso de un acondicionador suave para quitar el olor a huevo.