El sexo tántrico es una práctica que suele generar mucha curiosidad entre las parejas, al igual que dudas. Se basa en el Tantra, una doctrina esotérica que surgió en Oriente hace miles de años y que rinde culto a los placeres más mundanos para, así, poder alcanzar la plenitud espiritual.
Se trata de una parte de esta filosofía que no solo pone especial atención a los genitales, sino también a todas las partes del cuerpo. Además, está enfocada a la energía sexual de cada individuo para poder alcanzar el éxtasis. Eso sí, no hay superioridad de un sexo sobre el otro y no se distingue entre aquello que es bonito o feo, o el bien y el mal.
Se trata de un tipo de sexo que busca escapar de la monotonía y probar nuevas experiencias. Pero para iniciarte tendrás que saber algunos puntos básicos. El Tantra dice que para disfrutar más de la vida hay que saber aceptarse a uno mismo tal y como es y, también, a los demás. Y, por tanto, este punto también lo traslada al sexo. En él debemos ser conscientes de nuestras virtudes y defectos y habrá que poner en él nuestros cinco sentidos. De lo contrario, no lograremos encontrar el placer. Otra clave será el equilibrio y la armonía entre las dos personas, la pareja.
Cabe destacar que la meta del sexo tántrico no es el orgasmo, sino potenciar los sentidos mediante los besos, caricias y miradas, con el fin de que fluya la energía sexual, dejando atrás los tabúes y las prisas. Para hacerlo bien, el ambiente debe ser el adecuado.
Lo mejor será que pongáis música y reguléis la temperatura de la habitación para que estéis cómodos. También, estará bien que sirvas una bebida. El siguiente paso tendrá que ser un juego de miradas y caricias mutuas donde la pasión y el deseo vaya in crescendo. Todo esto se tendrá que realizar con calma y sin llegar de inmediato a los genitales.
Hay que saber conseguir ese placer incluso en las partes que aún no se han explorado. Además, será muy importante la respiración, que tendrá que ser sincronizada. El objetivo será relajar los cuerpos y lograr una mayor conexión entre todos, por lo que lo mejor será mantener el contacto visual. La excitación tendrá que ser progresiva y se puede llegar a sentir un orgasmo diferente al del acto sexual.
Muchas veces cuando hablamos de sexo tántrico nos viene a la cabeza lo de ‘contener la eyaculación’. Para esto hay distintas técnicas de control del músculo pubocoxígeo, situado en el suelo de la pelvis, como los ejercicios de Kegel. Una forma de controlar y mantener la musculatura será realizando respiraciones, contrayendo la zona. Antes de practicar el sexo, lo más normal es que se procede a la masturbación.
Según los expertos en sexo tántrico habrá que parar un poco antes de llegar a un punto de ‘no retorno’. Así, bajará la excitación y no se llegará a eyacular. La misma filosofía explica que, en la estimulación del pene, cuando se acerca al punto de ‘no retorno’ será mejor aguantar la respiración, en vez de parar la estimulación. De este modo se podrá llegar al orgasmo sin eyacular. Siempre podrás realizar una serie de ejercicios tántricos para practicar.
El ‘presente sagrado’ es una de las mejores formas de conectar con uno mismo. Poner el foco de atención en el aquí y en el ahora hace que nuestra mente no esté pensando en otras cosas y podremos, así, entregarnos al cien por cien. Para el Tantra, el único tiempo que existe es el presente. Justo antes del encuentro sexual es necesario colocarse desnudos uno enfrente del otro.
La respiración tántrica se utilizará para centrar la entrada y la salida del aire por la nariz. Habrá que tener los ojos cerrados y hacerlo durante cinco minutos. Cuando uno ha controlado su respiración lo mejor será que se conecte con la respiración del otro y fusionen ambas respiraciones.
Otro ejercicio será el del contacto visual. Para lograr la conexión habrá que sentarse uno enfrente del otro y descifrar qué es lo que siente cada uno. Se trata de ser conscientes de lo que está ocurriendo en ese momento tan especial. Pese a que al principio puede resultar bastante incómodo, lo cierto es que al final acabaréis desnudando vuestros sentimientos.