Cuando pasamos mucho tiempo en casa o en el trabajo y, sobre todo, entre horas, nos entra un hambre voraz. Las horas entre el desayuno y la comida y entre la comida y la cena se nos hacen eternas y, por eso, hacemos alguna que otra visita a la nevera o a la despensa. Y ahí está el error. Solemos recurrir a aquello que no requiere preparación, como las patatas fritas o los embutidos. Y si abusamos de ellos puede suponer un problema. Nuestro organismo está acostumbrado a un horario establecido y si lo cambiamos, nuestro cuerpo podrá resentirse.
Si es cierto que durante el invierno tendremos más apetito de lo normal ya que nuestro cuerpo busca que consumamos más calorías. Además, también controlamos mucho más los horarios de nuestras comidas. Pero cuando llega el verano y, por ende, las vacaciones, todo se descontrola. Comenzamos a despertarnos más tarde, a no madrugar, por lo que el desayuno se pierde. Pasaremos a ingerir esos alimentos a media mañana. Tras esto, y si estamos en un lugar con mar, lo más normal será tomar unas tapas o un aperitivo fuera de casa. Y, como es costumbre, estos estarán compuestos por fritos y salsas.
Luego, ya vendrá la hora de la comida. Pero si por la tarde decidimos ir a la playa, será muy probable que después del baño nos entre algo de hambre y lo más normal será que nos apetezca algo dulce. Todo esto acompañado de su correspondiente bebida, que suele ser azucarada o con alcohol, como una coca cola o una cerveza. Finalmente, estamos consumiendo más calorías de las que necesita nuestro cuerpo y que, en un principio, no nos vamos a dar cuenta, pero con el paso del tiempo notaremos los efectos.
Estos malos hábitos alimenticios pueden conllevar distintos problemas, como la aparición de caries, sobre todo en el caso de dulces. También podrá aumentar el colesterol en sangre, ya que todo lo que nos apetece comer entre horas tiene unos niveles altísimos de grasas saturadas, calorías y un bajo valor nutricional. Además, si hacemos trabajar al organismo en unas horas, este lo llevará a rajatabla, pero si hacemos que trabaje de más podemos llegar a sufrir indigestiones, estreñimiento o descomposición.
Si que es cierto que podemos cambiar estos alimentos ricos en grasas por snacks más saludables. En Divinity, te proponemos unas ideas para que comer entre horas no suponga un problema para tu cuerpo.
El hummus es un plato muy popular en las cocinas de Oriente Medio y es considerado un alimento básico y de origen humilde. Para esta receta vamos a necesitar: un bote de garbanzos cocidos, medio diente de ajo, una cucharada de pasta de sésamo -tahini-, una cucharadita de pimentón dulce, comino molido, un chorrito de zumo de limón, un poco de agua, aceite de oliva y sal. Para los chips tendrás que utilizar una berenjena, sal, un poco de aceite y comino.
Lo primero que tendrás que hacer será el hummus. Para ello, escurre bien los garbanzos cocidos y lávalos. Después, reserva. En un recipiente apto para batidora, coloca el chorrito de aceite y el ajo. Bátelo. Luego, incorpora los garbanzos, la pasta de sésamo, el comino, el chorrito de zumo de limón, un poco de agua y la sal. Para decorar, coloca el hummus en un plato hondo, con un poco de pimentón y unas gotitas de aceite.
Para los chips; pela y lava bien las berenjenas y córtalas en la forma que más te guste -será mejor que sea en forma de patata frita y con cortes finos-. Enciende el horno. En una bandeja, coloca papel vegetal y las berenjenas cortadas. Rocía un poco de aceite, sal, pimienta y comino. El tiempo en el horno dependerá del corte de la berenjena, por lo que lo mejor será que estés pendiente de cuando se consigue esa textura crujiente. Una vez que estén hechas, sírvelas junto con el hummus. Además de chips, podrás utilizar bastoncitos de zanahoria cruda.
Si nos apetece más algo dulce, siempre podemos decantarnos por un açaí bowl, una opción muy bonita estéticamente, a la vez que apetecible. Para hacerlo necesitarás 25 minutos de tu día y poca complicación. Los ingredientes son: dos cucharadas de açaí en polvo, 50 gramos de arándanos congelados, 50 gramos de moras congeladas, cuatro hojas de menta, dos plátanos, dos tazas de leche de almendras y dos cucharaditas de semillas de girasol y chía. La fruta podrá variar según tus gustos.
Lo primero que tendremos que hacer será licuar la leche de almendras junto con el polvo de açaí, que podrás encontrar en cualquier herboristería. También, añadirás uno de los plátanos, una cucharada de semillas de girasol, parte de las moras y de los arándanos. Licua hasta que tenga una textura semiespesa. Vierte todos los ingredientes en un tazón y vete colocando los ingredientes restantes como decoración. Lo mejor será colocarlos en líneas; el plátano cortado, los frutos rojos, la menta y las semillas de girasol y chía.
Aunque pensemos que las galletas llevan gran preparación, hay una opción, como esta, a la que no dedicarás mucho tiempo. Para realizarlas necesitarás harina de avena -o avena triturada-, un plátano, chips de chocolate negro 80% y lascas de coco deshidratado. Lo primero que tendrás que hacer será colocar la harina en un bowl e incorporar el plátano. Deberás aplastar el plátano hasta que se forme una masa junto a la avena. Luego, podrás incorporar el chocolate. Enciende el horno.
En un papel de horno sobre una bandeja, tendrás que colocar unas bolitas pequeñas de la masa, que darán forma a las galletas. Una vez colocadas, tendrás que echar las lascas de coco. Mete la bandeja en el horno unos quince o veinte minutos.
Otra opción fácil o sana para comer entre horas serán los gofres de espinacas. Para hacerlos, necesitarás 40 gramos de copos de avena, medio vaso de leche o de bebida vegetal, un puñado de espinacas y una pizca de levadura en polvo. Lo primero que tendrás que hacer será mezclar todos los alimentos en una licuadora. Vierte en un molde de silicona especial para gofres -lo mejor será que sean individuales- la mezcla y hornea hasta que veas que tus muffins estén listas.
Si lo prefieres, también podrás hacer la versión dulce, incorporando Stevia o cualquier otro endulzante y canela. Además, la masa también podrás utilizarla para hacer pancakes en la sartén. Los gofres podrás acompañarlos de queso desnatado o salmón ahumado, lo que más te apetezca.
Estas magdalenas sí que te llevarán un poco más de tiempo, pero podrás prepararlas en algún momento que tengas libre de tu día. Para la preparación necesitaremos ¾ de puré de manzana, media taza de azúcar morena, dos huevos, ¾ taza de yogurt 0,0, dos cucharaditas de vainilla, una taza de harina integral, media taza de cacao en polvo, media cucharadita de sal, una cucharadita de levadura en polvo, media taza de chips de chocolate, media cucharada de harina integral y una bolsa pequeña de plástico.
Lo primero que tendremos que hacer será mezclar el puré de manzana, el azúcar, la miel, los huevos, el yogurt y la vainilla en un bowl grande. Tendrá que quedar una mezcla sin grumos. Luego, usando un tamizador, se verterá la harina en el bowl, además del cacao en polvo, la sal y la levadura. Gracias a la ayuda de un batidor globo, deberás mezclar bien toda la masa. En la bolsa de plástico, coloca los chips de chocolate junto a media cucharadita de harina y sacude. Vacía el chocolate en el bowl. Echa la mezcla en los moldes para muffins, previamente engrasados, casi hasta el tope.
Por último, hornea por 5 minutos a 220° C (425° F). Después de los 5 minutos y sin abrir el horno, baja la temperatura a 190° C (375° F) y hornea por 13-15 minutos más. Al sacarlos del horno, en seguida pon los chips de chocolate por encima y déjalo enfriar en el molde durante, al menos, diez minutos. Luego, desmolda y deja enfriar otros quince. Y et vòila.