Con la llegada del verano, el calor puede hacer estragos en nuestro cuerpo. Uno de los más notables es el sudor, que se hace visible en distintas partes de nuestro cuerpo, como en las axilas, las manos y los pies. Estos últimos son los que provocan grandes quebraderos de cabeza a las personas que lo sufren, ya que suelen conllevar un mal olor en la zona. Por eso, muchas personas suelen tener complejos y reniegan de llevar zapatos abiertos o quitarse las deportivas en público, una vez que ha llegado el calor. Pero eso sí, tenemos que tener en cuenta que es algo que se puede evitar o, al menos, aliviar. Aún así, si ves que con el paso del tiempo no mejora, lo mejor será acudir a un profesional, que te podrá proporcionar ayuda médica para que desaparezca el sudor y el mal olor.
Cabe destacar que el olor en los pies no tiene por qué ser continuo y suele darse de forma puntual, dependiendo de la estación del año y del calzado utilizado. Eso sí, hay ocasiones en las que llega a convertirse en una patología, por lo que tendremos que preocuparnos. Además, si el olor se produce de forma habitual, esto puede estar avisándonos de que estamos sufriendo algún tipo de complicación como los hongos. Aunque no siempre tiene que ser así. Uno de los motivos del mal olor es que los pies pasan, una temporada larga de tiempo, encerrados, con una secreción excesiva y concentrada. Por ello, esta humedad se convierte en un caldo de cultivo, donde habitan bacterias, hongos, que emiten unos gases malolientes.
Además, este mal olor se dará más en niños y en adolescentes y se debe a que estos tendrán más movimiento y, por tanto, sus pies sudarán más. Por eso, el sudor será una manera de eliminar la temperatura corporal, si estamos utilizando unas zapatillas que no son muy transpirables. En el caso de que el problema venga por una higiene inapropiada, esto se dará debido a que los padres no son capaces de dedicarle el tiempo adecuado y deseado al aseo del niño. También, los hongos y el pie de atleta guardarán una relación con el olor de pies. Esto se producirá si aparecen puntitos, grietas o si la piel llega a enrojecerse. Si esta adquiere como un tono blanquecino, lo más recomendable será acudir a un especialista, que será quien valorará la situación y podrá encontrar una solución al incipiente problema.
Otra razón por la que se puede provocar el olor de pies es la bromhidrosis, una patología relacionada con las glándulas apocrinas, donde se produce amonio y ácido graso y lo que genera el mal olor. En general, podemos encontrar una infinidad de remedios caseros para que esto no se convierta en una auténtica pesadilla. Tradicionalmente se han usado diversos productos, como el vinagre, el bicarbonato de sodio, la salvia o el té negro. Sí que es cierto que estos no serán efectivos si tenemos alguna complicación en los pies, como bromhidrosis. Por eso, si queremos decantarte por algún remedio natural, uno de los más efectivos será los polvos de talco. Para ello, habrá que espolvorearlos entre los dedos, por la planta del pie e, incluso, por el calcetín. Esto será absorbente y eliminará el exceso de sudor.
Eso sí, si queremos que nuestros pies nos suden y olvidarnos del mal olor deberemos seguir una serie de recomendaciones. Lo más importante será tener una higiene diaria correcta, que incluirá un buen lavado de pies después de la ducha o baño. También, habrá que usar calcetines de algodón que absorberán la humedad y deshacerse de las fibras sintéticas. Otra opción será utilizar calzado de piel o tejidos naturales transpirables que permitan evacuar el calor y el sudor. Además, en el caso de que sufras de hipersudoración, lo mejor será cambiar los calcetines una o dos veces por semana. Y si tienes la posibilidad, también sería ideal cambiarse de calzado o dejar los pies al aire durante un tiempo.
También, podrá ser crucial utilizar jabones especializados, como aquellos compuestos por germinicidas, que eliminarán todas las bacterias de la piel. Por tanto, los mejores tratamientos que se podrán utilizar para combatir esta situación serán aquellos antitranspirantes. Además, habrá ocasiones en las que, si el sudor y el mal olor no desaparecen, el especialista se decante por diversos tratamientos, como el bótox, que detendrá la producción de sudor. Otro tratamiento que se puede usar es la cirugía y se realizará una liposucción bajo la piel y se eliminarán las glándulas para que la persona deje de sudar.