Tania Llasera ha disfrutado de "un verano de los antiguos". Así nos lo ha hecho saber en su Instagram, que este mes de agosto se ha convertido en una crónica de sus vacaciones en tiempos de coronavirus. Chapuzones en el mar con Lucía y Pepe de fondo, paseos nocturnos en los que reconectar con su marido y tardes de disfrutoneo en familia. Ahora que su estancia en la Costa Brava ha llegado a su fin, ha tocado volver a la realidad. Pero eso no quita que renuncie a seguir celebrando. Prueba de ello, su primer vídeo en Reels, un baile en bikini en el que manda un claro mensaje a sus fans.
En él, además de demostrar que sabe reírse de sí misma al compararse con Chiquito de la Calzada, la Llasera ha reivindicado que con esta improvisada coreografía "quería enfatizar lo bien que me sirve mi cuerpo para disfrutar y celebrar que soy perfectamente imperfecta". Su intención es demostrarnos que se gusta, que está feliz por ello y que, por si alguien pensaba criticarla por ello, "a quien no le guste, que no mire". Brava, Tania.
Este baile, que ha sido visto ya por más de 300 mil personas, ha recibido cientos de reacciones. Muchas de ellas aplaudiendo estos mensajes body positive que tanto se repiten en su feed de Instagram. Sin embargo, uno ha recibido la respuesta directa de la comunicadora. "Qué manía de decir que sois imperfectas", opina un usuario. "Comparadas con qué", se plantea, asegurando que "la mayoría de las personas somos así o peor". La contestación de Tania Llasera ha sido inmediata: "Porque nadie es perfecto. Nadie".
Este aprendizaje llega un tiempo después de haber perdido diez kilos de la mano del ayuno intermitente, una práctica que la presentadora ha recomendado en varias ocasiones y que le ha hecho ganar en bienestar: "Intento ayunar 16 horas cada día y me va genial. Mi ventana de comidas es de 14:00 horas a 20:00 horas más o menos. Y almuerzo, meriendo y ceno pronto con los niños. Me sienta genial tener el cuerpo vacío, entreno tres días a la semana en ayunas y estoy llena de energía".
Ella, como todos, también ha aprendido a adaptarse a un verano que nada tiene que ver con el que imaginamos. Y de eso también ha sacado varias lecciones. "He aprendido de mi misma algo: no tengo miedo al cambio. Soy incoherente porque soy humana y oye, tengo derecho a cambiar de opinión. El cambio de dirección es también un síntoma de reflexión profunda, de tener la abierta mente de decir, me he equivocado, no era por aquí, era por allá", ha reflexionado en sus redes, asegurando que "los cambios puedes ser emocionantes y llenos de promesas".