Si te tiñes el pelo sabes lo que es tener una cita con tu peluquero una vez al mes. Pero en estos momentos ir a la la peluquería no es una opción, y seguramente ver cómo crece la marca de la raíz en tu pelo, tampoco. Quedarse en casa no significa abandonar nuestro aspecto, y cuando te miras al espejo por la mañana es comprensible que no quieras sentir que te estás descuidando. Y es que prestarnos atención y cuidarnos, por dentro y por fuera, es muy importante para sentirnos bien en casi cualquier contexto, incluyendo una cuarentena.
Así que ha llegado el momento de ponerse manos a la obra y de que te tiñas el pelo en casa. Aplicarte el tinte tú misma y conseguir un buen resultado es posible si sigues las indicaciones de los expertos para conseguir tú misma resultados de profesional y te despidas de las canas.
Seguro que cuando podamos reanudar todas nuestras actividades una de las primeras cosas que haces es acudir a tu peluquero para que siga cuidando de tu melena como hacía hasta ahora. Pero mientras tanto puedes hacerlo tú misma siguiendo con atención unos sencillos pasos para que las canas o la raíz no te impidan sentirte tan guapa como siempre.
No es el momento de experimentar con el color, sino de mantener el que tienes, por eso lo más recomendable es que te olvides de las decoloraciones y de los tintes permanentes, porque será más difícil rectificar el resultado si algo no sale bien. Es mejor que no te compliques la vida, y que tampoco se la compliques a tu peluquero a la vuelta de la cuarentena.
Cuando vayas a comprar el tinte elige uno que sea semipermanente, será más fácil de tratar después. También puedes sumarte a la tendencia de tintes washout, que desaparecen al cabo de unas semanas con los lavados. Con ellos sí puedes experimentar y comprobar cómo te quedarían tonos más arriesgados, ya que en poco tiempo tu pelo volverá a su estado natural.
Pero como en principio no estamos hablando de arriesgar, sino de mantener lo que ya tienes de la mejor manera posible, has de prestarle mucha atención a la elección del tono para asegurarte de que es el correcto. La clave reside en elegir siempre un tono más claro del que buscas conseguir, porque el resultado suele ser más oscuro de lo que aparece en la paleta de color. Debes tomar la referencia del pelo de la raíz y compararlo con la paleta. Una vez que sepas con qué número de tono coincide, coge el número inmediatamente superior, porque en la numeración de los tintes cuanto mayor sea el número más claro es.
Si lo que buscas es tapar muchas canas, entonces es posible que el resultado sea más claro del que aparece en la caja, por lo que entonces quizás es conveniente que pruebes con un tono más oscuro.
Empieza por ti: es recomendable que te apliques el tinte con el pelo sucio, así que lo mejor es que lleves un par de días sin lavártelo antes de iniciar el proceso de coloración. El tinte agarra menos cuando el cabello está limpio y, además, el cuero cabelludo está más sensible y es más fácil que el tinte te cause algún tipo de irritación.
Si tu pelo está en condiciones de aplicar el tinte y ya cuentas con el producto, es el momento de tener todo lo que necesitas a mano para que la coloración sea cómoda, limpia y eficaz. En primer lugar, consigue un par de toallas que no te importe que se manchen y tenlas a mano. Al menos cuenta con una para manipular objetos y con otra para secarte el pelo al terminar, contando con que acabará con restos de tinte. Busca también ropa vieja, que no te importe ensuciar y hazte con un par de guantes, si no los incluye la caja del tinte, para que no queden manchas en tus manos.
Con vaselina o con un aceite de uso cosmético protege tus orejas, nuca, frente y sienes, porque es muy fácil que acabes con manchas en la piel que no te resulten nada fáciles de quitar. Por último, asegúrate de contar con un cronómetro para no exceder ni reducir el tiempo que el tinte debe actuar en tu cabello.
Ten siempre a mano las instrucciones y respeta todos lo pasos. Comienza por desenredar bien tu pelo y separarlo por secciones para distribuir bien el producto. Comienza por hacer una división entre la zona superior y la inferior de la cabeza, y realiza a su vez en cada una de estas zonas una nueva división por la mitad. Cuanto más pelo tengas, más divisiones tendrás que hacer.
Tras la aplicación con brocha por todas las secciones (empieza siempre por la zona inferior) realiza un masaje por todo el cabello para que el tinte llegue a todas partes y consigas un color uniforme. Si no tienes brocha o no la incorpora el kit que has comprado, puedes repartir tú el producto con el aplicador del envase y tus manos protegidas con guantes.
Al lavarte hazlo a conciencia para eliminar posibles restos del tinte en tu cabello. Procura aclararlo con agua fría, o al menos tibia, para que se selle bien la cutícula y el color se asiente, lo que hará que dure más. Y no descuides los lavados posteriores: utiliza champús especiales para pelo teñido que preserven el color y mascarillas una vez a la semana para mantener tu cabello brillante y en buen estado.