La piel es uno de los órganos más sensibles de nuestro cuerpo, por lo que será muy importante protegerla y cuidarla bien. Así, muchas personas hacen uso de productos naturales para lograr estos objetivos y algunos minerales se han convertido en cumplidores de esta misión tan importante. Estos actúan como catalizadores en los mecanismos de defensa y en la reparación de la piel dañada. Así, el silicio, el cobre, el magnesio o el zinc se han convertido en oligoelementos indispensables en la renovación celular y en la estimulación cutánea.
La falta de minerales puede provocar que las uñas o el pelo comiencen a ser quebradizos, que aparezcan estrías o que las heridas no cicatricen bien. Por eso, será muy importante llevar una alimentación rica en minerales, pero a su vez será fundamental utilizar productos y formulaciones cosméticas que contienen estos elementos y están indicados para los distintos problemas de piel.
Son muchas las cremas que contienen minerales como el silicio o el magnesio, que son los más indicados para la cosmética reparativa, mientras que las cremas y las mascarillas faciales con metales preciosos como el oro, la plata o las piedras preciosas lo que harán será aportar luminosidad. Aparte de los mencionados, uno de los minerales más esenciales en nuestro día a día será el zinc, que además de tener propiedades hidratantes y reparadoras, desempeña un papel muy importante en la formación de colágeno y, también, ayuda a prevenir la dermatitis.
El zinc también tiene un gran poder antiacné y es el componente perfecto para luchar contra las pieles grasas. Actúa como calmante, es bueno para las pieles acneicas irritadas y tiene un alto poder hidratante e, incluso, funciona bien para el pelo, para combatir la caspa. Cuenta con una función astringente, ejerce una acción seborreguladora, matificante y disminuye la proliferación de las bacterias causadas por el acné. Además, es un activo ideal para aquellas pieles con exceso de agua.
Aquellos cosméticos que tengan zinc matificarán, disminuirán la visibilidad de los poros y mejorarán tanto las imperfecciones como las lesiones causadas por el acné. Este tipo de mineral podrá encontrarse en diferentes productos, aunque los que más suelen triunfar son aquellos que limpian el rostro. De esta manera, se podrá purificar la piel, además de limpiarla y desmaquillarla. Así, el zinc ha demostrado que sirve bien para prevenir y aliviar la inflamación, la cicatrización que es asociada con el acné y reduce la cantidad de aceite natural o sebo que se produce en la piel acneica. También, puede ayudar a curar aquella piel dañada que se desarrolla alrededor del acné.
Su uso también incluye la fotoprotección de la piel contra los rayos ultravioleta del sol. Además, podrá prevenir el cáncer de piel, ya que muchos filtros solares proporcionan un amplio espectro de protección UV, que contienen óxido de zinc. Eso sí, la deficiencia de zinc será algo muy común y, por eso, habrá que buscar la forma de tener la suficiente cantidad de este mineral en tu cuerpo.
La deficiencia de zinc se produce cuando no se comen los suficientes alimentos que lo contienen o existen problemas para absorber el zinc de los alimentos, debido a trastornos digestivos o a una salud intestinal muy pobre. Los niveles más altos de zinc se encuentran en aquellos alimentos de alto contenido de proteínas, especialmente en proteínas animales, incluidas en carnes de alta calidad. También, el zinc se encuentra en granos, en legumbres y en cereales.
Los síntomas y signos más comunes de deficiencia de zinc incluirán manchas blancas en las uñas, piel seca, resfriados frecuentes, pérdida de cabello o acné. Además, el zinc beneficiará la salud hormonal y la fertilidad, ya que desempeña un papel importante en la producción de hormonas. Por tanto, será necesario para la producción de estrógeno y progesterona en las mujeres, que son necesarios para la salud reproductiva.