Marta Lozano deslumbra con el look de su preboda

Marta Lozano y Lorenzo Remohi se dan el 'sí, quiero' en Jávea. La ciudad alicantina ha sido escenario de su historia de amor y precisamente en ella la pareja contraerá nupcias esta misma tarde. La influencer y el odontólogo están a punto de pasar por el altar y el municipio alicantino se ha llenado con lo mejor de lo mejor de las redes. Jávea es una fiesta que empezó anoche con la preboda de la pareja, fiesta en la que la valenciana, como siempre, consiguió llevarse el premio con su look.

La creadora de The Glow Filter no defraudó con su vestido prenupcial, como se espera tampoco lo haga esta tarde, cuando contraiga matrimonio con el que es su pareja desde hace cinco años. Para la ocasión, Marta escogió un precioso y vaporoso vestido vintage de L'Arca Barcelona; una pequeña firma catalana especializada en antigüedades textiles.

En concreto, la suya se trataba de una romántica pieza de crepe de seda con incrustaciones de encaje bordados a mano con la que estaba espectacular. Largo hasta los pies, con escote de pico, cintura ajustada, manga ligeramente abombada, puño cerrado y botones forrados en la parte frontal. Un vestido único, para una novia única y con mucha personalidad.

Todavía faltan unas horas para que se conozca el secreto mejor guardado de la influencer de cara a su enlace matrimonial, sin embargo, este vestido podría dar alguna pista de cómo va a ser el que finalmente luzca en la Iglesia de San Bartolomé.

Para completar su look de preboda, Marta Lozano apostó por un calzado que nunca falla: Un tacón joya destalonado de Manolo Blahnik en color blanco. Como accesorios destacan también unos pendientes de brillantes de Messika París en forma de lágrima.

En cuanto al plano beauty se refiere, Lozano apostó por la naturalidad. El pelo largo y suelto, marcado con unas sutiles ondas. La maquilladora Mara Fervi, con cosméticos de Dior, fue la encargada de su 'make-up' preboda; ojos ahumados en color melocotón y un brillo de labios con algo de color bastaron para hacerla brillar la noche antes de su gran día.