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Todo lo que necesitas saber para organizar una boda de estilo cubano

  • Los pasteles de las casas de La Habana, los verdes chillones de sus palmas y del plumaje de sus aves tienen que invadir el ramo, los centros de flores y hasta los zapatos

  • Celebrar una boda de estilo cubano es trasladarse a otra época en el que tiempo pasaba más despacio al ritmo de las habaneras, el mambo, el chachachá o la salsa

  • Mi boda es en la playa: ¿qué vestido de novia elijo?

Cuba enamora y siempre se quiere volver. Una de las mejores formas de celebrar el amor es organizar una boda de estilo cubano. Nada más pisar por primera vez ciertos barrios de La Habana, su capital, te trasladas tiempo atrás, hasta una ciudad colonial que en su máximo esplendor debió ser increíble. Fachadas en piedra que ahora presumen de colores pastel; grandes balconadas de hierro donde antes se asomaban los más adinerados; plazas tranquilas y encantadoras para buscar libros de segunda mano; terrazas con una música en directo con la que el cuerpo se mueve solo; y un aroma a puro habanero que todo lo envuelve. Como colofón, cada viaje se despide con unos días en las playas de aguas turquesas más concurridas de Varadero o de relax total en las más escondidas de los cayos sobre una arena inmaculada.

Tanto que ver y de lo que disfrutar se puede trasladar a la celebración de una boda que la convertirá en inolvidable para los novios y sus invitados. En primer lugar, hay que volcar esa esencia y encanto de la isla de Cuba al lugar de la celebración. Se puede conseguir con la decoración de las sillas de los invitados a la ceremonia, del salón o de la terraza donde se servirá el coctel o de los centros de las mesas.

Los colores de Cuba

Los colores predominantes deben ser los verdes de las enormes hojas de las palmas y palmeras, los violetas y los rosas de sus orquídeas, los amarillos de su fauna marina o los azules, verdes, naranjas y rojos de sus aves como la Cartacuba o el Tocororo. Unos tonos que incluso tienen que estar presentes en el ramo de la novia y en el detalle floral de la chaqueta del novio. Y por qué no innovar en el calzado y desterrar los blancos y los crudos para ella y el negro para ellos y elegir cualquier otro a juego con el tropical ramo.

Esos colores vibrantes y llenos de vida tienen que invadir igualmente la papelería de la boda, desde las invitaciones, al menú, la numeración de las mesas o su lista de integrantes. La tipografía, siempre en movimiento, pero relajante e informal, es otro de los aspectos a tener en cuenta.

Coche clásico americano

En La Habana los turistas se asombran de los vehículos que circulan por sus calles. Todavía se conservan, reparación tras reparación, esos grandes coches clásicos americanos de los años 50 del siglo pasado en colores pastel, rojo, verde, amarillo… Así que los novios deben alquilar un coche de este tipo para la “envidia” de todos los invitados.

Cócteles frutales y mojitos

En el aperitivo anterior a la comida o la cena se pueden servir cócteles a base de frutas tropicales con azúcar moreno de caña tan típica de la isla. Ese mismo azúcar también debe ser el ingrediente de otros cócteles a base de los distintos tipos de ron de Cuba, como los mojitos, a los que habrá que destinar un corner especial con barra incluida aromatizado por el intenso olor de la menta.

Además, con permiso de los no fumadores, hay diseñar otro corner para los puros habaneros con una representación de cómo se siguen fabricando de la forma más tradicional.

'Dresscode' colorido

La alegría y el desparpajo de los cubanos y esos colores que impregnan toda la isla debe ser lo que predomine en el vestuario de los invitados. Prendas de todos esos tonos ya nombrados para ellos y para ellas, con detalles de flores y hojas frescas en los peinados y en las solapas pero sobre todo cómodos para bailar horas y horas.

Música cubana

Por último, y lo más importante, toda la velada tiene que estar acompañada de los diferentes y encantadores estilos musicales cubanos, una música que en principio era una fusión de los ritmos africanos con los españoles para después absorber la influencia de la música francesa, inglesa o norteamericana. Será inolvidable bailar hasta que el cuerpo aguante el punto guajiro, de origen andaluz y canario; el son, una mezcla entre la música bantú y la española; la rumba, de raíces africanas; las habaneras; el mambo; el chachachá; o la salsa.