Tenemos que reconocer que San Valentín es el día más romántico del año y, por lo tanto, el más especial para pedir matrimonio. Si entra en vuestros planes casaros y solo os falta el empujón final, puede que este sea el día perfecto para comenzar a planificar una vida en común. Para que una pedida de matrimonio sea inolvidable, lo cierto es que no hace falta complicarse la vida, porque el eterno arrodillado con un anillo en la mano no va a pasar de moda ni a perder fuerza nunca. Eso sí, el amor nos lleva a dar rienda suelta la imaginación, por lo que queremos proponerte estas originales formas de pedir matrimonio en San Valentín. Con ellas es imposible que no empiecen a sonar las campanas de boda en vuestras cabezas (y corazones).
No hace falta que os vayáis a las Maldivas para organizar una perfecta escapada de San Valentín. Los destinos románticos son tantos que seguro que encuentras el que mejor se adapta a vuestros gustos y presupuesto. Y, por supuesto, seguro que allí encuentras el momento ideal para pedirle matrimonio. Eso sí, no lo dejes al azar e investiga qué lugares vais a visitar y cuál es el más romántico de todos. Será un viaje que no olvidaréis jamás.
La música es capaz de transformar una vivencia en algo inolvidable, y mucho más si se trata de una pedida de mano. Según tus posibilidades, puedes ir de menos a más. Si le vas a pedir la mano en casa, elige previamente qué música quieres que suene en un momento así. Por supuesto, si sabes tocar algún instrumento, nadie mejor que tú para poner la banda sonora a la pedida. Y, por último, puedes liarte la manta a la cabeza y contratar a un músico o cantante que os sorprenda tocando uno de vuestros temas favoritos.
Un bar, un parque, un restaurante, la cafetería de la Facultad… Hay un sitio en el que vuestra historia de amor comienza, y aunque no sea el mismo que iríais a día de hoy, aprovecha que es San Valentín para proponerlo como el lugar de vuestra cita y, una vez allí, sorprender con una petición de mano.
Personalizar tazas con frases originales y nombres es algo muy habitual. Pero lo que seguro que tu pareja no se espera es que le grabes “¿Quieres casarte conmigo?” en el fondo su taza preferida. Cuando termine de tomarse el café y lo lea seguro que se queda sin palabras, y solo reacciona para contestar con un rotundo “Sí, quiero”.
Si vuestro piso es exterior y da a una calle con aceras, es hora de que saques a relucir tu creatividad y escribas tu petición en letras gigantes en el suelo. Asegúrate de que tu pareja está en casa y, cuando termines de escribirlo, llámala al móvil para pedirle que se asome por la ventana. Lo puedes rematar estando al lado del escrito con un anillo en la mano y de rodillas. ¡Bajará corriendo a darte su respuesta!