Por fin has encontrado el vestido de novia de tus sueños, te lo has probado y sabes que está hecho para ti. Pero puede que haya que hacerle algún retoque, ajustarlo a tu talla o encargarlo para que te hagan una réplica del que te ha enamorado en la tienda. Entonces, llega por fin el día de la prueba del vestido, y para que sea todo un éxito es fundamental que sepas cómo debes ir, qué debes esperar y quién te tiene que acompañar. ¡Toma nota!
Por lo menos en una primera prueba no tiene por qué sentarte el vestido como esperas que ocurra el día de la boda. Puede que aún haya que hacer pequeños ajustes, y para eso estás precisamente ahí, para revisar todos los pequeños y grandes detalles. Así que lo importante es que entiendas esta prueba como parte del proceso para tener el vestido de tus sueños y que la disfrutes al máximo.
Después de elegir el vestido, puedes empezar a buscar los complementos, y los zapatos son sin duda lo más importante. No te olvides de llevarlos a la prueba, porque además de ver cómo combinan con el vestido, es necesario comprobar cómo quedan con el largo de la falda, para valorar si es necesario acortarla o alargarla.
La lencería que vayas a llevar el día de tu boda también forma parte de la prueba del vestido. Hay todo tipo de bodies y ropa interior pensada para las novias, de tal manera que se acoplen a la perfección al vestido, permaneciendo invisibles y realzando la silueta. La única manera de comprobar que has acertado con la tuya es que te la pruebes junto con el vestido.
A ver, no es necesario que sea exactamente igual, porque es muy posible que para el día de la boda cuentes con los servicios de una peluquera profesional. Pero sí que te hagas, con la maña que tú tengas, el peinado que quieras llevar ese día: moño, semirecogido, suelto, con diadema… Así podrás confirmar que no te has equivocado con tu elección, y eso es mejor saberlo con tiempo por si tienes que hacer variaciones en el peinado.
Puede que no parezca importante, pero tener la idea más aproximada posible a cómo combinará todo en tu gran día, es la mejor forma de sacarle provecho a la prueba del vestido. Pendientes, collares, prendas de abrigo, tocados, pulseras… Llévate todo lo que tengas.
No te quedes con nada por preguntar ni por decir el día de la prueba, porque es el día en el que tienes que asegurarte de que el vestido que has elegido era el acertado. Presta atención a cómo se ajusta al cuerpo, el largo de la falda, los tirantes, el escote… Y si hay algo que no te convence o que crees que debería modificarse, háblalo con las profesionales que te atienden y deja que te ofrezcan ideas y soluciones.
Una cosa es que el vestido sea una de las sorpresas mejor guardadas para el día de la boda, y otra que no compartas un momento tan especial como el de la prueba con alguien de confianza. Si vas con alguien estarás menos nerviosa, podrás contrastar tus opiniones y tendrás un recuerdo compartido con alguien como tu hermana, tu madre o tu mejor amiga.