Es la polémica de la semana. De esta. Porque desde que Tamara Falcó decidió retomar sus planes de boda con Íñigo Onieva prácticamente no ha habido jueves en el que la marquesa de Griñón no haya tenido que dar la cara y aportar su pertinente explicación. Sin embargo, por muchos frentes que haya tenido que abordar en lo que llevamos de 2023, ninguno como el de quedarse sin vestido de novia a menos de dos meses del enlace.
A lo largo de estos días ya han dado sus pertinentes versiones de los hechos tanto ella como Sophie et Voilà, la firma española a la que había confiado el diseño y con las que ahora tiene una guerra abierta (y mediática). La marca fue la primera en manifestarla vía comunicado, donde deslizaron que se había producido un "incumplimiento contractual por parte de la señora Falcó" y dejaron entrever que la idea que tenía Tamara en mente podría sobrepasar los límites éticos que podrían poner en peligro "la autoría original" del mismo.
La aristócrata, por su parte, insiste en que las diseñadoras cambiaron el vestido sin avisarla, ofreciéndole algo que no le gustó en absoluto. "El caso es que yo no me veía con ese vestido, tenía unos volúmenes que no eran. Fue todo superincómodo. Mi madre no entendía nada. Fue superduro. Bajé con ese vestido y silencio absoluto. Fue horrible", ha detallado ahora, este jueves, en su reaparición en televisión. La misma en la que ha querido zanjar un debate del que se lleva hablando toda la semana y que le afecta directamente a ella.
Jorge Javier Vázquez ha sido uno de los muchos rostros públicos que han puesto sobre la mesa que Tamara Falcó sería una persona difícil a la hora de trabajar con ella. Así lo manifestó el pasado miércoles en 'Sálvame', donde contó que "cuando no la pillan en situaciones que sabe que hay gente o cámaras es antipatiquísima". Y ella, a la que insinuaciones como esta parecen haberle afectado, ha querido contestar.
"Se han dicho todo tipo de cosas sobre lo difícil que soy", ha asumido. Y según ella, aunque con Pablo Motos, su actual jefe, ha podido tener sus "rifirrafes", los tres años que lleva continuando con su relación laboral demostrarían que no es esa persona que se está tratando de perfilar. "Yo no me considero una persona difícil para trabajar. Con vosotros llevo tres años, con Sisley llevo seis, con Tous llevo tres. Me gusta trabajar en equipo, me gusta dar mi opinión, punto. Lo que no iba a hacer era casarme con un vestido de novia que no me gustaba, lo siento", ha declarado muy enfadada, reafirmándose en su postura.