Garbiñe Muguruza estaba en Nueva York compitiendo en el Abierto de Estados Unidos cuando, aburrida de estar en el hotel, decidió dar un paseo por Central Park. En ese momento un hombre se acercó y le deseó "buena suerte en el US Open". "Me quedé pensando: '¡Qué chico tan guapo!' Y, a partir de ahí, pues conectamos y todos los días íbamos a dar paseos por Central Park", ha contado la deportista en una entrevista a la revista ¡HOLA! Así conocidó a Arthur Borges, el hombre dedicado a la moda y al lujo con el que lleva dos años de relación y se acaba de comprometer.
Aquel primer encuentro fue "muy romántico" y un auténtico "flechazo a primera vista". Lo que más le llamó la atención a la tenista fue que él no forma parte del tenis, algo importante para ella que le permite alejarse de su mundo profesional cada vez que está fuera de las pistas. Hace un mes, casi dos años después de verse por primera vez, la pareja viajó al hotel Marbella Club (uno de los favoritos de la deportista) y allí, en una romántica cena, Arthur le pidió matrimonio. "Me puse a llorar, no sabía cómo reaccionar. Le dije que sí entre lágrimas de emoción y todo fue muy romántico", recuerda sobre uno de los momentos más especiales de su vida.
Todavía no tienen nada concretado. En el mes que ha pasado desde que le pidió matrimonio, Garbiñe solo tiene claro que será el año que viene y que le gustaría disfrutar del "buen clima". "Quiero verano y sol, quiero cerca de la playa y quiero España porque es el sitio adecuado, el que más nos une", asegura.
Será una boda íntima con la que gente que realmente quieren. Sabe que ese número aumentará cuando empiecen a sumar gente, pero de momento prefieren que sea algo pequeño. ¿Y el vestido? Muguruza quiere un vestido de novia que acentúe su figura. "Si hay algo bueno de ser deportista es tener un cuerpo atlético, así que tengo que mostrar un poco mis curvas. Pero no muy sexy, que sea elegante y cómodo para bailar, porque no quiero estar sintiéndome como que no me puedo mover", dice la deportista, que todavía no ha pensado en forma ni en diseñador.
Es mitad español y mitad finlandés. Según ha contado la propia Garbiñe, Arthur nació en las islas Canarias y después se fue a Finlandia. "Y trabajaba en Nueva York para Tom Ford, era director de una división de moda. Es una mezcla como yo, que soy mitad venezolana y mitad española, nos entendemos. Es como la sensación de que somos ciudadanos del mundo, así que en ese sentido está muy bien", dice sobre su prometido.
La pareja se plantea tener una familia en un futuro. La decisión es para ella "un poco complicada" porque considera que el día que lo decida será el día que no se vea jugando más. "Me impresiona la dificultad que es tener hijos y competir, yo no sé si sería capaz, también porque el cuerpo cambia mucho. Quiero pensar que el día que decida tener familia será un nuevo capítulo en mi vida, pero sí, me encantaría", ha dicho.