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La forma del cuerpo es una de las claves que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un vestido de novia. Los gustos de cada mujer son importantes para encontrar el modelo con el que se va a sentir identificada, pero el vestido de novia que más favorece depende en gran medida de su silueta y en este sentido, el escote suele ser un factor determinante.
En una clasificación muy simplificada de las diversas morfologías femeninas, el cuerpo de la mujer encuentra similitudes con diferentes tipos de figuras geométricas: rectángulo (sin curvas), triángulo invertido (hombros anchos y cadera estrecha), ovalado (hombros redondos y cintura poco pronunciada), triángulo (hombros estrechos y caderas anchas) y reloj de arena (cintura más estrecha que los hombros y las caderas).
Lo ideal es que el vestido de novia consiga equilibrar la silueta reduciendo o creando volumen donde sea necesario. Hay que tener en cuenta que el cuello, el volumen de tu pecho y el ancho de espalda van a determinar el tipo de escote que mejor te sienta y dependiendo de lo que quieres potenciar o esconder, debes elegir un escote más o menos cerrado.
Teniendo en cuenta que las opciones son casi infinitas, cuanto más claras lleves las ideas, más sencillo te resultará elegir entre los escotes que más te favorecen y esta guía te puede servir de ayuda para resolver todas tus dudas.
El escote en V es uno de los que mejor sienta a cualquier tipo de silueta. Es un patrón que estiliza y alarga la figura, por eso es perfecto para novias de poca estatura y para estrechar una espalda ancha. Es perfecto para cualquier morfología, salvo que se busque reducir volumen de busto, en cuyo caso se puede optar por un escote cruzado, que aporta mayor sujeción y ópticamente reduce el tamaño del pecho.
Otro de los escotes comodín es el cuadrado, un patrón que favorece siempre y especialmente a mujeres de silueta ovalada. Es particularmente cómodo cuando se tiene mucho volumen pectoral y muy favorecedor para mujeres de cuello corto, pues ayuda a que la silueta se vea más esbelta y equilibrada.
El escote barco, que también se conoce como Bardot porque fue popularizado por la actriz Brigitte Bardot, ayuda a potenciar y realzar tanto el busto como la línea de los hombros, haciendo que el cuello parezca más estilizado. Es la opción perfecta para mujeres con poco pecho y de espalda estrecha (silueta triángulo), porque ayuda a equilibrar ópticamente la figura con la cintura y las caderas, creando un efecto reloj de arena muy femenino.
El escote asimétrico es el truco perfecto para desviar la atención de un pecho abundante. Además, es el patrón más recomendado para dar longitud al cuello y estilizar la línea del escote sin tener que recurrir a opciones como el escote corazón o palabra de honor.
Los escotes corazón y palabra de honor, que recuerdan al cine clásico de los años 50, son perfectos para mujeres altas y de pecho abundante o cuya silueta recuerde a un triángulo invertido porque desvía la atención de la espalda y los hombros. Al crear la ilusión de que existen curvas, curiosamente también favorece a las mujeres de poco pecho, especialmente si el vestido va armado en la zona del pecho. Por el contrario, son poco adecuados para mujeres de poca estatura, ya que acortan ópticamente el talle.
El escote halter, que triunfó en la década de los 70, es un escote muy cerrado en el cuello y que pone toda la atención en los hombros y la clavícula, dejando la espalda o parte de ella al descubierto. Es perfecto si tienes el cuello largo, los brazos y hombros bien torneados y el pecho pequeño, pues un escote tan cerrado puede aumentar su volumen ópticamente. Favorecen más a mujeres de silueta recta o de triángulo invertido.
El corsé es la suma de un tipo de talle y escote particularmente sofisticado y sexy en el que se combinan un escote tipo corazón, recto o balcón que levanta y realza el busto mediante ballenas y un patrón de talle que ayuda a afinar la cintura, creando una silueta ‘S’ muy femenina que ayuda a crear curvas donde no las hay.