Tras meses de preparativos desde que en las pasadas Navidades se produjese el "milagro" y ambos se reconciliasen, Tamara Falcó e Íñigo Onieva se han casado. El matrimonio se ha dado ya el 'sí, quiero' durante una misa celebrada al aire libre en el palacio de El Rincón, propiedad que el padre de Tamara legó a su hija. Cuatrocientos invitados, cuyos looks hemos podido ver esta tarde, han asistido a la ceremonia y se dan cita ahora en la celebración posterior, con un cóctel inicial y la posterior cena en el jardín norte. Pero un incidente ha hecho peligrar la lógica alegría de la jornada, cuando la ropa de un sacerdote ha prendido.
Como relata la revista ¡Hola!, durante la celebración de la misa ha tenido lugar un incidente. La casulla de uno de los tres sacerdotes presentes en el evento, el padre José Luis, ha empezado a prender debido a la proximidad de varias velas en llamas, que han entrado en contacto con la prenda.
La situación, afortunadamente, ha sido detectada a tiempo. Ha sido Alejandra Onieva, la hermana pequeña de Íñigo, quien, muy atenta a lo que sucedía en el altar ha visto lo que estaba sucediendo, como detalla el citado medio, y ha intervenido. A manotazos, la actriz ha conseguido apagar rápidamente lo que podría haber generado un pequeño incendio.
Más allá del mencionado riesgo, que afortunadamente ha sido atajado a tiempo, la ceremonia religiosa ha transcurrido entre emociones. Oficiada por el padre Cruz (al que han acompañado, en otras tareas, el padre José Luis, de la diócesis de Valencia y el mediático padre Ángel, muy unido a la marquesa de Griñón desde que era niña), ha contado con Manolo Falcó, hermano de Tamara y Carolina Molas, madre de Íñigo, como padrinos.
Tamara ha llegado al altar sonriente y con el rostro cubierto por un velo. Xandra Falcó, Alejandra Onieva y Chabeli Iglesias se han encargado de las lecturas, mientras que Ana Boyer, Jaime, hermano de Íñigo, Aldara Falcó, hermana de Tamara y Álvaro Falcó, primo de la novia, han sido los encargados de realizar las peticiones.
Durante la misa, el padre Cruz ha protagonizado una divertida equivocación al dirigirse al novio como Álvaro en lugar de Íñigo provocando las risas de los presentes. Se han seguido los besos y las emociones y, como menciona la revista, Chabeli no ha podido evitarlo, rompiendo a llorar. Al abandonar el altar, el novio ha ayudado a la novia con su vestido, para evitar que lo pisase, y ambos han recibido la tradicional lluvia de pétalos blancos por parte de los invitados.