Faltaban segundos para que Tamara Falcó e Íñigo Onieva se diesen el 'sí, quiero' cuando una de las velas que estaban colocadas cerca del altar hizo arder la casulla de uno de los sacerdotes que oficiaban la boda al entrar en contacto con ella. Este conato incendio, que por suerte se quedó en anécdota, fue el culmen de una serie de catastróficas desdichas que se han ido desarrollando en los meses previos al enlace. Para muchos, "señales divinas" de que ese matrimonio no debía producirse. Finalmente los novios lograron sortearlas, y desde el sábado pasado son mujer y marido. Y Tamara ha hablado de esta supuesta maldición.
La lista es larga. La mediática ruptura después de que se filtrase aquel vídeo del empresario besando a otra mujer en un festival de música. El hecho de tener que retrasar la fecha original del enlace para que pudiesen acudir el grueso de los invitados. El accidente que terminó con la marquesa de Griñón con muletas. La situación de quedarse sin vestido de novia dos meses antes tras la marcha de las diseñadoras de Sophie Et Voilà. Y, casi sobre la bocina, el robo, casi de película y todavía por esclarecer, de joyas que iban a ser utilizadas en el gran día.
Varias personas del entorno de los novios, como Ana Boyer o Xandra Falcó, hermanas de Tamara, han sido preguntados en estos meses al respecto de estas supuestas advertencias del destino de cara a la boda. Pero el tema, recurrente en redes sociales cada vez que saltaba un nuevo obstáculo a la lista, ha sido incluso abordado por la propia novia. Durante la entrevista posterior al enlace que concedió a la revista ¡Hola!, respondió al respecto.
Tamara reconoce no haber estado nerviosa en los días previos, ni durante el evento. Pero sí ha admitido rezar mucho. Entre sus preocupaciones, confirma las dudas que se rumoreaba mantenía sobre dar este importante paso adelante con Onieva. "En un momento dado me decía: ‘¿Y si me estoy equivocando? Como mis padres se han casado tantas veces...", reflexionaba en relación a los múltiples matrimonios de Isabel Preysler y Carlos Falcó.
Y abordaba así las suspicacias sobre el supuesto gafe o maldición sobre su boda. "También pensaba que no hubiera llegado hasta aquí el matrimonio si hubiese sido un error, aunque, desde luego, más cosas no han podido pasar", admite entre risas en la mencionada charla. Y añade: "Pero si Dios realmente no quería que me casase, me hubiese pasado algo".