Los dos vestidos que Soraya Arnelas lució en su boda con Miguel Ángel Herrera, al detalle

Después de una larga historia juntos, once años de amor y la crianza de dos hijas, Soraya Arnelas y Miguel Ángel Herrera se daban el ‘sí, quiero’ el pasado sábado en Cáceres. Aunque ya habían formalizado su relación previamente con una ceremonia civil más íntima, esta ocasión fue para festejar su unión en grande, rodeados de unos doscientos cincuenta invitados. En este contexto, la revista Semana ha brindado una cobertura detallada y emotiva de este esperado enlace, compartiendo con sus lectores todos los pormenores de la celebración.

Gracias al detallado reportaje del citado medio, hemos contemplado los dos impresionantes diseños de la novia. La cantante decidió optar por un enfoque poco tradicional, dejando de lado las supersticiones típicas de algo nuevo, viejo, azul y prestado. La artista tenía claro que el vestido con el que se casara debía reflejar su personalidad como artista y mostrar su esencia única. Para lograrlo, trabajó mano a mano con la prestigiosa diseñadora Lorena Formoso, quien viajó hasta allí para vestirla en este día tan especial.

El primer diseño: cuello alto, manga larga y hombreras pronunciadas

El primer diseño nupcial estaba compuesto por dos piezas: un vestido de crepe de seda con escote redondo y corte en forma de A, junto con una sobreprenda confeccionada en rejilla de algodón bordada con lentejuelas, destacando hombreras pronunciadas, una abertura en el costado y un cinturón del mismo tejido para realzar la silueta, todo ello culminando en una cola recta y cuadrada. Aunque se casó en julio, la cantante tenía un requisito: deseaba tener un cuello alto y mangas largas en su vestido.

Para completar su deslumbrante look, la novia llevó un velo de tul corto y unas sandalias diseñadas por ella misma en colaboración con Javier Gonzalo. Este calzado era realmente especial, ya que tenía grabado una frase clave que utiliza el ya matrimonio para expresar que se reunirán también en la próxima vida: "Te espero en el pasillo de los chocolates".

El segundo diseño: con plumas, de estilo lencero e inspirado en los años 20

El segundo vestido que lució tras el banquete y que se recoge en el interior de esta publicación era completamente distinto al primero, presentando una inspiración de la época del gran Gatsby y los años 20. Este diseño, estaba confeccionado en suave satén, proporcionando un brillo sutil y una caída elegante, seguía un estilo lencero y contaba con una elegante abertura lateral, aportando un toque de sensualidad y sofisticación.

El cuerpo del vestido estaba cubierto con plumas y detalles de chantilly, creando un efecto similar al de un tatuaje, pero de una manera más etérea. Con este look, la novia dejó ver su versatilidad y su capacidad para adaptarse a diferentes estilos, luciendo radiante y elegante en ambos momentos de su gran día. La inspiración de los años 20 le añadió un toque de glamour vintage y un aire de época que hizo que su elección fuera realmente memorable y única.