El 14 de abril de 2007 se celebró la boda de Esther Cañadas y Sete Gibernau en la más estricta intimidad. La modelo y ex piloto hacía oídos sordos a los rumores que apuntaban a que el enlace era inminente. La confirmación de que se habían casado llegó mediante un comunicado de la pareja al día siguiente. Te contamos los detalles que han trascendido del secreto enlace.
El matrimonio tuvo lugar por el rito civil, y no sabemos si les hubiera gustado que fuera por la iglesia. En cualquier caso, esto no habría sido posible, ya que aunque era la primera boda para Sete Gibernau, para Esther Cañadas era la segunda. Entre los años 1999 y 2000 estuvo casada con el también modelo Mark Vanderloo, con el que formó una pareja de lo más mediática, llegando a protagoniza juntos distintas campañas publicitarias.
La boda tuvo lugar en un enclave de ensueño, en el hotel rural Mas Salvi, muy cerca de Pals (Gerona). Se trata de una zona perteneciente a la comarca del Baix Empordà, y que se considera una de las más bonitas de la Costa Brava. A las 13h tuvo lugar la ceremonia civil, celebrada en la más estricta intimidad y a la que solo acudieron algunos familiares y amigos cercanos. Fue al día siguiente cuando compartieron el comunicado en el que confirmaban lo que muchos llevaban tiempo esperando, desde que dos años antes se hubiera hecho pública su relación: "Tras los rumores y especulaciones, confirmamos nuestra celebración íntima de compromiso, (...) acompañados por nuestro círculo más cercano de familiares y amigos".
Para un día tan especial, Esther Cañadas confió en Rosa Clará a la hora de elegir su vestido de novia. Se trataba de un diseño de dos piezas: un vestido con escote palabra de honor y falda de organza en seda natural, con volantes e incrustaciones en el encaje, que iba acompañado de un bolero de encaje de Chantilly con cuello alto. El novio iba impecable con un traje de Armani.
Para la fiesta posterior, Cañadas lució un segundo diseño, también creación de Rosa Clará: un modelo con un elegante escote en la espalda, en punto de seda natural con un broche italiano que se había forrado en el mismo tejido que el traje.
A pesar de que era una boda esperada por todos, el matrimonio fue más breve de lo que nadie habría imaginado. Solo un año después se separaban de mutuo acuerdo. Al igual que ocurrió con su matrimonio, dieron parte a través de un comunicado en el que que transmitían su deseo de evitar especulaciones y en el que agradecían de antemano el respeto que habían obtenido por parte de la prensa hasta ese momento.