Aunque ahora se les recuerde por su enemistad y los múltiples conflictos que les han llevado a dirimir sus diferencias en el juzgado, hubo un tiempo en el que Paulina Rubio y Nicolás ‘Colate’ Vallejo-Nágera eran una pareja que pensaba que su amor sería eterno.
La pareja se daba el ‘sí, quiero’ con una celebración por todo lo alto, frente a cientos de invitados y con la intención de ampliar la familia pronto. Contaban con tener varios hijos, pero al final solo tuvieron a Andrea Nicolás, que ahora tiene ya 13 años. Nacía en 2010, cinco años después de que la pareja comenzara su relación y tres después de su boda.
Por parte de madre, Nico tiene otro hermano, Eros, fruto de la relación de la chica dorada con Gerardo Bazúa.
En pleno caribe mexicano se juraban amor eterno Paulina y Colate, una ceremonia religiosa celebrada en lo alto de una colina del parque ecoturístico de Xcaret. La novia llegó al altar vestida por Rosa Clará, un vestido blanco de muselina de seda natural, con escote palabra de honor, cuerpo drapeado y falda formada por capas de la misma tela.
Completó su look con complementos con los que dejaba claro su estilo, pulseras y clips para el pelo de art deco. Las alianzas que seleccionaron eran dos piezas de oro blanco y en el de ella había un diamante engastado. La artista llegó rodeada de un cortejo infantil formado por los más jóvenes de ambas familias, entre los que no faltaron los hijos de Samantha Vallejo-Nágera, hermana de Colate.
El novio, que vistió chaqué, llegó a la capilla del brazo de su madre y acompañado de su perro.
La felicidad de los novios era contagiosa, Paulina nunca ha sido una mujer que se guarde sus sentimientos y en ese momento desbordaba buena energía. Tras la ceremonia, quisieron compartir un momento con los fotógrafos que se habían acercado y al grito de “Viva México y España” protagonizaron unas imágenes para la historia, donde no faltó el tradicional beso de recién casados.
El banquete se celebró en el restaurante La Isla, con un extenso menú en el que no faltaron platos tan exclusivos como ensalada de cangrejo de Santoyo con espárragos y vinagreta virgen, pechuga de pato con frutas deshidratadas en reducción de jerez y lunas de langosta asada con camarón gigante, salsa de tamarindo y reducción de vino tinto, acompañado de polenta de trufas, tal y como reveló la revista ¡Hola!.
Toda la boda fue una unión de los dos países y por eso se cumplieron tradiciones de ambos, por ejemplo, antes de servir la tarta nupcial, la pareja brindó con tequila, para celebrar su amor y felicidad. Después comenzó la fiesta.
Durante la celebración, los novios disfrutaron de la grata sorpresa de una actuación de Juan Gabriel, que cantó para ellos, momento que Paulina escogió para compartir escenario con él. Fue un día mágico para la artista, que no dejó que nada lo apagara, ni siquiera la herida que se había hecho el día anterior en la celebración previa y por la que tuvieron que darle puntos tras caerse de una mesa sobre la que estaba bailando.