Los guantes son uno de esos complementos de novia que han sido rescatados de los años 50 para convertirse esta temporada en una de las tendencias nupciales más deseadas por mujeres de todos los estilos.
No es un accesorio que se pueda llevar con cualquier vestido porque cada guante es apropiado para un tipo de escote y manga, pero cuando encajan consiguen dotar a la novia de todo el glamur de Hollywood en su camino hacia el altar, sin olvidar que cumplen otra función más allá de la puramente estética: resguardar del frío a las novias que apuestan por casarse en otoño e invierno.
Lo cierto es que no son exclusivos de esta época del año, porque en estaciones como la primavera y el verano se puede optar por unos guantes de tul si lo que se busca es únicamente un efecto decorativo.
En cuanto a la elección del largo, cada uno es apropiado para un tipo de escote, una manga y una silueta diferente. En cuestión de guantes hay diferentes medidas que van del modelo ópera, que alcanza más allá del codo y ayuda a afinar los brazos, guantes al codo, poco aconsejables si tienes los brazos gruesos, a medio brazo, que harán un efecto poco favorecedor si tienes los brazos cortos, hasta los guantes cortos, que son los que se adaptan a la mayoría de los patrones de manga de los vestidos de novia.
Si hay que buscar un referente entre las actrices de Hollywood que usaron guantes para el día de su boda, sin duda hay que hablar de Audrey Hepburn, que no solo una, ni dos, sino tres veces apostó por este complemento para sus vestidos de novia.
La primera vez fue en 1952 para el vestido que iba a ser el de su boda con James Hanson, aunque finalmente se canceló. La actriz había elegido un vestido de raso con guantes integrados en el propio vestido que diseñaron para ella las hermanas Fontana.
El segundo vestido de novia de Audrey Hepburn es el que eligió para casarse, esta vez sí, con el actor Mel Ferrer en 1954. El elegido para diseñar su vestido fue Pierre Balmain, que creó un modelo de inspiración victoriana confeccionado en organza, que combinó con guantes largos y una corona de flores.
El tercer vestido de novia es el que usó en 1969 para su enlace civil con el psiquiatra Andrea Dotti. En esta ocasión eligió a su buen amigo Hubert de Givenchy que diseñó para ella un minivestido rosa de manga larga y cuello chimenea, que la actriz combinó con un pañuelo a tono, medias blancas tupidas, bailarinas blancas y completó con su accesorio fetiche: unos guantes.
Carmen es una de las novias que ha optado por llevar guantes ópera para completar su look nupcial firmado por Helena Mareque, que estaba compuesto por un sencillo vestido de manga a la sisa, uno de los mejores patrones para combinar con guantes largos, que completó con un abrigo-capa sin mangas bordado con plumas.
Otra de las novias recientes que ha apostado por los guantes ópera es Luisa Bergel, íntima amiga de Tamara Falcó, que quiso rescatar el vestido de novia de Pertegaz de su abuela, un modelo desmontable de escote palabra de honor, que se completaba con sobrevestido de gasa de cuello a la caja.
Raquel es otra de las novias que ha optado por añadir unos guantes ópera a su traje de novia diseñado por Inuñez Atelier, un vestido de manga sisa con hombreras de plumas de tul y escote abierto en la espalda.