Un día de emociones marcado por una tragedia: así fue la boda de Alejandra Osborne y Joaquín Buendía

Alejandra Osborne y Joaquín Buendía estuvieron casados 13 años, pero en 2017 decidieron separarse, tomando diferentes caminos. Desde el principio explicaron que había sido una decisión de mutuo acuerdo y que mantendrían una relación lo mejor posible por el bien de los tres hijos de la pareja. 

El mayor de todos, Santiago, nació en enero de 2007, en Sevilla. Un bebé que se convertía en el primer nieto de Bertín Osborne y que llegó al mundo poco tiempo antes que el hijo de este con Fabiola, algo que unió mucho a ambas mujeres. Cinco años después, la pareja daba la bienvenida a sus mellizos Fausto y Valentina.

La boda de Alejandra Osborne y Joaquín Buendía

La pareja se casaba el 25 de octubre de 2003, una boda a la que pudo acudir Sandra, la madre de Alejandra, que fallecería poco después a causa de un cáncer. La pérdida de su madre fue un duro golpe para todas sus hijas, tanto las tres que Sandra tuvo con Bertín, Alejandra, Eugenia y Claudia, como Cristina, nacida a raíz de su relación con Fernando Portillo. 

Se dieron el ‘sí, quiero’ en la iglesia de San Miguel, de Jerez de la Frontera, el mismo lugar en el que se habían casado los padres de la novia, que ese día demostraron la amistad y el bonito vínculo que siempre hubo entre ellos, a pesar de la separación y el final de su relación. 

Fue un día en el que las emociones estuvieron a flor de piel, sobre todo por un desafortunado incidente que empañó en parte la felicidad de la pareja. Una amiga de Alejandra fallecía en un accidente de tráfico cuando viajaba de Madrid a Sevilla. 

Alejandra fue la primera de las hijas del cantante en pasar por el altar, lo que hizo que la expectación fuera mayor, nadie quería perder detalle de todo lo que pasara ese día. En un día tan señalado, Bertín ejercía como padrino, papel que repetiría en la boda de su hija Eugenia con Juan Melgarejo, de quien se divorciaría en 2021, y también en la de su hija Claudia, que se casó en ese mismo año con José Entrecanales.

La boda de Alejandra y Joaquín tuvo lugar a las nueve de la noche, y la novia sorprendió a los presentes cuando llegó a la puerta de la iglesia y del brazo de su padre, vestida con traje de inspiración medieval diseñado por ella misma, que había estudiado Diseño de Moda. También se encargó de crear los vestidos de su madre y sus hermanas. Era un vestido en color dorado cubierto por un abrigo en color marrón, que cubría parte del vestido y terminaba en una discreta cola. 

La celebración posterior tuvo lugar en la finca Santiago, donde residía la madre de la novia, y los novios apostaron por un menú en el que no faltaron los productos de la tierra, como el vino de Jerez. Sirvieron salmón marinado a las algas sobre queso fresco y langostinos, suprema de faisán real en plumaje sobre tosta de hojaldre y, para terminar, tulipa caramelizada con mandarina y parsait de chocolate con nueces, tal y como recogió la revista Hola

Un día mágico en el que no faltó el primer baile con el padrino, un vals, al que siguió una velada llena de diversión y que culminó con chocolate con churros para los invitados.