Cómo y cuándo llevar un tocado de invitada a una boda: del protocolo a la actitud

Cuando se trata de asistir a una boda, las invitadas buscan destacar y lucir elegantes en ese día tan especial donde, una forma maravillosa de agregar un toque de estilo al conjunto es optar por un tocado. Un accesorio atemporal que transforma en segundos el estilismo cargándolo de sofisticación y que cada vez se está volviendo más popular, dejando claro una vez más que en lo que a looks de invitada respecta, las tendencias también son cíclicas, siempre vuelven.

Sin embargo, es importante saber cómo y cuándo llevarlo adecuadamente para acertar, y sobre todo, no eclipsar a la novia, una cuestión que no todas conocen y que suele ser el principal motivo para que no lo luzcan por mucho que quieran. Para todas ellas, recopilamos una serie de consejos prácticos para llevarlo a la perfección y deslumbrar con tu elección.

Conoce el código de vestimenta de la boda

Antes de decidir llevar un tocado, es esencial conocer el ‘dress code’ del enlace, pues algunas pueden tener un enfoque más formal, mientras que otras no lo son tanto, o incluso se rigen por una temática. Así que, lo primero es asegurarse de entender el estilo y la atmósfera de la boda para seleccionar un tocado que se ajuste adecuadamente. Para bodas de día, puedes optar por tocados más ligeros y frescos, mientras que en las de tarde, hay predisposición a los diseños más elaborados.

Según dicta el protocolo, el tocado es ideal para las bodas a cualquier hora del día mientras que las pamelas se llevan siempre con vestidos de cóctel, así que solo están reservadas a los enlaces de mañana. En ningún caso se usarán con vestidos largos, pues esos están reservados únicamente a fiestas o eventos de noche. Además, e protocolo marca que, si luces una pamela, tendrás que llevarla puesta hasta que la luz del sol se vaya (o al menos hasta que los novios bailen el primer vals después de comer). En el caso de los tocados, debes llevarlos durante todo el evento, así que conviene que des con un modelo con el que te sientas cómoda.

Una elección meditada

Asimismo, también conviene considerar el estilo y tamaño que mejor se adapte a tu atuendo y personalidad. Desde pequeños tocados discretos hasta sombreros más grandes y llamativos. Eso sí, en el caso de que optes por uno más elaborado, asegúrate de que no sea demasiado voluminoso y que no obstruya la visión de otras personas en la ceremonia.

Otro punto a tener en cuenta es la finalidad, pues este accesorio debe complementar tu vestuario, en ningún caso competir con él. Ante la duda, mejor abogar por el ‘menos es más’, así que, si el vestido tiene detalles o adornos llamativos, elige un tocado más discreto mientras que si es más sencillo puedes atreverte con diseños algo más potentes.

Ten en cuenta tu peinado y forma de la cara

Considera tu tipo de rostro y forma de cabeza al elegir el tamaño del tocado. Uno grande y llamativo puede ser impresionante, pero también puede abrumar si no se ajusta correctamente a tu fisonomía. De igual modo, el peinado también juega un papel importante al elegirlo. Si lo llevas suelto, un tocado más pequeño o una diadema puede ser una excelente opción mientras que con los recogidos combinan mejor aquellos algo más elaborados.

Si tienes una cara redonda, es recomendable abogar por tocados que añadan altura y longitud a tu rostro para crear una apariencia más alargada. En el caso de que tengas el rostro alargado, busca los diseños que añadan anchura y volumen a los lados de tu rostro para equilibrar la longitud (en este caso funcionan muy bien las flores, lazos o plumas). Si es cuadrada y con mandíbula pronunciada, busca aquellos que suavicen los ángulos de tu rostro con formas redondeadas, como por ejemplo los casquetes o los tocados con detalles curvos

Por el contrario, las mujeres con las facciones ovaladas tienen un abanico más amplio de posibilidades, pues les favorecen muchos estilos, desde tocados pequeños y delicados hasta sombreros más grandes y llamativos. Solo asegúrate de que el tocado no cubra completamente tu rostro y que no sea demasiado ancho para mantener la proporción adecuada.

La actitud lo es todo

Lo último, pero no por ello lo menos importante. Una vez que hayas seleccionado el modelo perfecto, llévalo con confianza y actitud, pues normalmente suele ser un accesorio llamativo que atrae miradas, así que asegúrate de sentirte cómoda y segura al usarlo.