Blindada por la exclusiva y con un único torero invitado: recordamos la boda de Jesulín y María José Campanario

Nadie parecía apostar demasiado por Jesulín y María José Campanario cuando empezaron a salir juntos, claro que tampoco cuando se casaron y de esto hace más de veinte años. 

La pareja afianzó su romance en uno de los peores momentos de la vida del torero, cuando se recuperaba de un accidente de tráfico que casi le cuesta la vida y que mantuvo en vilo a toda España. Ese fue el momento en el que conocimos a María José, aunque el de Ubrique hacía tiempo que le había hecho un hueco en su vida. 

Tras su casi milagrosa recuperación (en un momento determinado se temió por su vida y después se pensó que no volvería a caminar), Jesulín y Campanario se comprometían, protagonizaban una blindada boda. 

Desde entonces la pareja ha estado junta y unida, a pesar de los constantes rumores de crisis y separación. Han superado momentos complicados, como cuando María José y su madre fueron juzgadas y condenadas por falsedad de documento oficial e intento de estafa. 

Cuando se casaron, Jesús esperaba que su mujer se dedicara a la casa, los hijos y el cuidado de su marido, pero María José tenía otros planes y no parecía dispuesta a renunciar a todo lo que había conseguido. Al fin y al cabo, cuando se conocieron, ella era auxiliar médico forense. 

Juntos han tenido tres hijos: Julia, que nació en 2003, Jesús, que llegó al mundo en 2007, y el más pequeño de todos, Hugo, que en 2022 se convirtió en la gran sorpresa y nacía cuando su madre ya tenía 43 años. Jesulín cumplió 50 en enero de 2024. 

Tres hijos que, en el caso de Jesús, son cuatro, pues tiene una hija mayor, Andrea, fruto de su relación con Belén Esteban. La pequeña estuvo presente en la boda de su padre, a pesar de las tiranteces que siempre ha habido en la familia, aunque la mantuvieron fuera de la exclusiva para evitar problemas. 

La boda de Jesulín y María José Campanario

El reportaje de la boda fue publicado por la revista Hola en exclusiva e incluso se dijo que se habían prohibido los móviles para evitar filtraciones. Rumores o no, lo cierto es que la boda estuvo totalmente blindada a la prensa. Era el 27 de julio de 2002 y, tras quince meses de noviazgo, María José y Jesús se casaban en la capilla de San Francisco de Paula, en la hacienda Benazuza, en Sanlúcar la Mayor (Sevilla)

Carmen Bazán ejerció de madrina y el padre de la novia fue el padrino, como manda la tradición. Campanario llegó un poco tarde, y lo hizo luciendo un vestido de Antonio Ardón, de escote redondo y silueta en A, confeccionado en raso de seda natural color marfil que, a pesar de su sencillez, contaba con detalles como el encaje de chantilly en las mangas. También lució la misma mantilla de seda natural y encaje que llevó su madre en su boda. 

La ceremonia y banquete se celebró en la misma finca y contaron con un menú servido por Ferran Adrià, que consistía en tortillas, puntillitas, sopa de pomelo, gazpacho de bogavante, solomillo y tiramisú. No hubo demasiados rostros conocidos en el enlace, el único torero que acudió fue Francisco Rivera y también se pudo ver a los campeones de motociclismo Álex Crivillé y Sete Gibernau.