El pasado año, durante una gala celebrada en Ibiza, Irene Villa se sorprendió al recibir, entre bambalinas, el anillo de compromiso por parte de su novio, el deportista David Serrato. "He salido con el corazón a mil, ha sido un momento mágico. Llevamos dos años juntos y hoy por fin me ha pedido matrimonio, no me lo esperaba en absoluto", decía la presentadora segundos después de la pedida de matrimonio. David Serrato, que llevaba tiempo queriendo pedirle matrimonio a la periodista, explicó que fue "un sitio mágico" y que el "universo conspiró" a su favor porque se dieron "un montón de circunstancias muy chulas". "Yo quería buscar un sitio que pegara con ella porque siempre ha estado comprometida con causas sociales. Ha dicho que sí, menos mal", comentó en aquel momento.
Ahora, la pareja ha concedido una entrevista a la revista ¡HOLA! en la que han contado todos los detalles de la boda, que se celebrará el próximo 21 de septiembre en el monasterio de Santa María de la Vid. La periodista ha explicado que a pesar de celebrarse allí, no será una boda religiosa. Irene ha contado que lo harán en los exteriores y que el padre Ángel les dio su bendición en julio del pasado año. "El Papa Francisco ha aprobado oficialmente que los sacerdotes puedan dar una bendición a parejas en situación irregular", comenta al medio citado anteriormente.
Según ha contado, será una boda "muy familiar y bastante íntima". Habrá 150 invitados y 40 de ellos serán niños. "También será lacrimógena, con cosas muy muy emocionantes. Va a cantar Cristina Serrato, la hermana de David, y también tendré al mejor saxofonista, Miguel Sueiras. Es el marido de Leire, la cantante de La Oreja de Van Gogh. Son muy lindos los dos", ha dicho sobre algunos detalles de la boda. El vestido de novia, uno de los secretos mejor guardados en una boda, se lo va a diseñar Silvia Fernández y, en palabras de la propia Irene, no quiere ir disfrazada.
Irene Villa ha comentado que todo el mundo le pregunta qué necesidad tiene de casarse si es algo que ya hizo con el padre de sus tres hijos. "Y yo contesto que ninguna porque, además, cada uno va a vivir en su casa. Pero, como yo lo celebro todo, me apetece casarme", responde la periodista, que cuenta que su pareja le pidió casarse por sus hijos, por la familia que le ha dado desde que comenzaron la relación.
La periodista y el deportista viven en ciudades distintas, ella tiene su vida en Madrid con sus hijos mientras que él la tiene en Soria. "Hay días que mal, porque le echo mucho de menos. Mis hijos también me preguntan por él cuando no está. Pero vivir separados ayuda a valorar todavía más lo que tienes", explica Irene. A pesar de esa distancia, Villa considera que es "lo ideal" para todas las parejas". "Mi madre, que es una mujer práctica, también dice: 'Cada uno en su casa y Dios en la de todos'. Que David viva en Soria me parece hasta una ventaja: nos echamos muchísimo de menos, pero los reencuentros son alucinantes", ha comentado sobre la decisión de mantenerse cada uno en su casa tras la boda. El deportista ha adaptado su casa para las visitas de Irene, por lo que ella cree que va a poder pasar más tiempo en Soria.