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En el mundo de la moda, las tendencias actuales están abogando cada vez más por la ‘vuelta a las raíces’: trabajo artesanal, ritmos más pausados, y en general, ideas más meditadas con las que lograr lucir piezas con carácter propio que tengan un signo diferenciador. En otras palabras, poder lucir prendas o accesorios que posean un punto diferenciador que los haga especiales -y diferentes- del resto. En el mundo nupcial sucede lo mismo. Más allá de que las novias diseñen sus propios vestidos, cada vez son más las que desean llevar joyería totalmente exclusiva, especialmente en lo referente a los anillos.
Aunque ya muchas firmas como Aristocrazy o PDPaola ofrecen servicios de personalización, hay otras que surgen del concepto de crear algo único con servicios para que prácticamente cualquier persona pueda diseñar una joya propia. Una tendencia en alza que de aquí a unos años probablemente sea uno de los recursos más empleados por las novias.
Pero, ¿qué hay detrás del proceso de, por ejemplo, la creación de un anillo de compromiso desde cero? En Divinity hemos hablado con Blanca López Casas, fundadora de Blanca Jewels, una de las firmas referentes de joyería nupcial ‘made in Spain, para conocer en profundidad los entresijos de este momento.
“El proceso a seguir a la hora de contar con un anillo de estas características es sencillo pero al mismo tiempo minucioso. Está pensado para que aquellos que confíen en nuestro trabajo puedan desconectar, dejarse llevar y disfrutar. Pues uno de los valores añadidos de la marca es poder ofrecer una experiencia única y exclusiva a cada uno de nuestros clientes”, explica.
Cuenta que los ‘moodboards’ y fotos de referencia que suelen traer las parejas suelen ser el punto de partida de un trabajo que suele durar varios meses. “Muchas parejas vienen con tiempo, entre un mes o mes y medio, porque les gusta estar presentes en el proceso creativo e involucrarse en el diseño del anillo de pedida. Como dice el refrán, ‘las cosas de palacio van despacio’, y un servicio tan personalizado como el que ofrecemos necesita tiempo”.
Blanca comparte que primero se realiza una consulta informativa y primera cita para conocer los gustos y necesidades de la futura novia y que es muy importante que aprendan a ponerse en su piel. “Muchas veces pensamos que la medida de un diamante va a ser lo más importante, pero a menudo lo es más la sencillez y la elegancia de una pieza minimalista. Todo depende, por supuesto, de los gustos y estilo de la persona”.
A continuación, recopilan toda la información y la plasman en diferentes bocetos y diseños 3D las diferentes propuestas. El cliente después se decanta por aquella que más le guste y emocione, y ellos ofrecen la posibilidad de elegir desde el tipo de piedra, el diseño de la montura, el color del metal, la sección del aro... Hay infinidad de detalles a tener en cuenta.
En cuanto a los plazos, añade que el tiempo de entrega de una joya de muestrario está entre diez y quince días naturales. “Nuestra filosofía de negocio es muy ética y sostenible, eso quiere decir que solo producimos lo que realmente necesitamos. Tenemos un pequeño muestrario de piedras y joyas en nuestros puntos de venta (Barcelona y Madrid) para que el cliente se haga una idea. En cambio, estos diseños que se hacen bajo pedido suelen tardar un poco más, entre veinte y treinta días naturales, dependiendo de la complejidad de la pieza”.
Preguntamos a la experta sobre cuáles son los puntos clave para que un anillo triunfe, y lo tiene claro, el cariño que se ponga a la hora de diseñarlo es crucial. “Yo siempre digo que no vendemos joyas sino que materializamos la historia bonita que hay detrás de cada una de ellas”, apostilla y añade que les encanta escuchar las historias de sus clientes para poder aportar ellas también su punto de vista.
“También hay que tener en cuenta que el anillo ha de cumplir una serie de estudios y proporciones para que técnicamente esté bien resuelta y cumpla con los controles de calidad. Un valor añadido muy importante de la firma es que todas las piezas que han sido diseñadas desde cero llevan el nombre de la mujer que las usará por primera vez, es una manera de hacerlas parte de nuestra historia y rendirles un homenaje”.
La diseñadora cuenta que el diamante natural es el protagonista en los anillos de compromiso y también la piedra predilecta porque es la más dura que existe en la naturaleza, tanto de talla brillante como los de talla princesa o talla pera, más exclusivas porque cuesta más encontrarlas en la naturaleza.
Otras piedras que también aconsejan y no pasan desapercibidas son: la esmeralda, el zafiro, el rubí y la aguamarina. En cuanto al color de los metales, apuestan por uno diferente en función de cada tipo de persona. “El oro amarillo lo veo más para ‘la chica atrevida’; el rosa, para la romántica, pues le da un toque elegante ya que combina con todo tipo de piedras y se mimetiza con el color de la piel. Por otro lado, el oro blanco para las más clásicas y el platino para las que deseen exclusividad en estado puro., pues es más difícil de encontrar en los talleres de joyería.
Como se puede comprobar, cada proceso es un mundo, pero si hay algo que recomienda siempre es, en el caso de duda, decantarse por los diseños más atemporales en el caso de que haya dudas. “Así resulta prácticamente imposible no acertar”.
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