Organizar una boda podría ser considerado un trabajo a tiempo completo: enclave, banquete, música, cada detalle resulta crucial para que ese día resulte inolvidable. En el caso de la novia, la elección del vestido, y en general, todo el look nupcial, es prácticamente la parte más importante. Entre otras cosas tiene que reflejar su personalidad y gustos, por lo que no hay que tomar ninguna decisión a la ligera.
Más allá del vestido, zapatos y accesorios, la elección de la lencería es un factor a valorar y darle la importancia que se merece, ya que no solo realza la silueta y confianza de la novia, pues también complementa a la perfección el look nupcial. Como todo el estilismo en general, normalmente se buscan opciones que puedan mantenerse intactas con el paso de los años para mantener vivo el recuerdo.
Preservar su calidad y apariencia con el paso del tiempo es todo un desafío, pero antes de decantarse por una firma o diseño, habría que tener en cuenta ciertos puntos clave con los que las posibilidades de equivocarnos serán mínimas.
En primer lugar, antes de comenzar a buscar has de conocer tus medidas exactas tanto de busto como cintura y caderas. Solo así te asegurarás de que se ajuste perfectamente a tu cuerpo. Una vez hecho esto, céntrate en la idea de que la comodidad es lo primero, ya que la última cosa que deseas en tu día especial es sentir molestias por una mala elección de lencería. Presta atención a los detalles como los cierres ajustables, las costuras suaves y los elásticos para garantizar un ajuste óptimo y una sensación agradable en tu piel.
Igual que tu vestido estará confeccionado con los mejores materiales, la lencería también debería ser así. Aboga por los materiales de primera calidad como la seda, el satén o el encaje. Además de elegantes y sofisticados, también son suaves y cómodos para llevar durante todo el día. Evita a toda costa los materiales ásperos o que puedan causar algún tipo de irritación en la piel.
A la hora de decantarte por un modelo u otro, considera el estilo de tu vestido. Por ejemplo, si tiene un escote pronunciado en la espalda, puedes optar por un sujetador sin tirantes (o removibles). En el caso de que sea muy ajustado, puede que te ayude a sentirte más cómoda lucir una faja o braguitas de cintura alta. No te olvides tampoco de comprobar que no cause arrugas o líneas visibles en la prenda.
Tampoco te imites a un solo estilo de lencería de novia. Prueba diferentes opciones, desde sujetadores con push-up a balconette o bralettes… No dejes que la pereza haga de las suyas y te impida dar con el diseño que mejor se adapte a ti.
Hay otros factores que pueden hacer que se vea más especial. Por ejemplo, si tu vestido de novia tiene detalles de encaje, considera elegir lencería que complemente esos detalles con encajes o bordados similares. Tampoco te olvides del factor ‘algo azul’; muchas novias optan por incluir algo de este color precisamente en la lencería, así que puede ser una opción con la que dar un toque de color a tu estilismo.
Aunque haya cumplido su función el día de la boda, probablemente desees guardarla igual que el vestido y los accesorios. Lee las instrucciones de cuidado del fabricante y sigue las recomendaciones de lavado y secado. Por lo general, la mayoría de la lencería de calidad debe lavarse a mano con agua fría, detergente suave y prescindir del suavizante si es posible. Por último, guárdala en una bolsita de tela suave junto al resto de prendas en un lugar fresco y seco, lejos de la luz solar directa y la humedad.
Aunque es importante considerar el vestido y las recomendaciones, recuerda que la lencería de novia también es una expresión de tu estilo personal. Debe hacerte sentir guapa, segura y cómoda.