La propia Bea Gimeno pensaba que tendría más dificultades para planificar su boda y tener claro qué quiere para su gran día y qué no, sin embargo, desde que Nacho Aragón le hizo la gran pregunta durante una escapada de la pareja a Miami, donde ambos estudiaron durante unos años y donde vive Leticia, hermana de Bea.
Conforme la pareja ha ido escogiendo lo que deseaba para su gran día, Bea ha ido compartiendo algunos detalles con sus seguidores en redes, que cada vez son más y están más pendientes de lo que les cuenta la creadora de contenido. Se especuló durante un tiempo con el lugar que escogerían para celebrar el enlace, pero finalmente la boda será en Mallorca, un lugar que es especial para ambos porque han veraneado en esta isla durante gran parte de su vida.
En algunas cosas hubo dudas, pero lo que siempre tuvo claro Bea es que quería que su vestido de novia corriera a cargo de la diseñadora española Clau Llagostera, con quien se reunió desde el principio para dar forma a uno de los vestidos más importantes de la vida de Gimeno.
“Lo tenía claro desde el principio. Me encanta ella, me encanta su estilo y creo que es el que más encaja conmigo”, explicaba a sus seguidores antes del primer encuentro entre ellas. “Tengo la idea bastante clara, pero me voy a fiar de ella totalmente. Le voy a enseñar mis ideas. Yo pensaba que no lo iba a tener nada claro, pero me puse a ver cosas y toda mi inspiración tira al mismo sitio”.
Llagostera lleva toda la vida dedicada al mundo de la moda, se formó en el Instituto Europeo di Design, pero no siempre se ha dedicado a crear diseños nupciales. "Una amiga me pidió que le hiciera su traje de novia. Yo trabajaba en Lentejita y a ella siempre le gustaba lo que hacíamos, así que mi equipo y yo decidimos hacérselo. Era un reto grande, pero salió genial”, explicó Claudia a Vanitatis sobre el comienzo de su relación con la moda nupcial. “Muchísima gente me escribió al ver a mi primera novia en redes sociales y decidí meterme en el mundo nupcial”.
Desde su atelier, situado en el madrileño barrio de Chamberí, Claudia viste a novias que buscan la comodidad y el confort que llega de los diseños bohemios y desenfadados que salen de su mente. Una máxima que ella escogió también para su propia boda, celebrada en 2022.
La diseñadora tiene claro cómo tiene que ser el proceso junto a la futura novia, un trabajo en equipo, pero siempre teniendo en mente que la novia es la protagonista. "Que se dejen asesorar por su diseñador, que disfruten del proceso y que sean ellas mismas”, reveló en una entrevista para Harper’s Bazaar. “Un vestido perfecto es con el que estás guapa, elegante y cómoda. La sonrisa es siempre el mejor complemento".