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Jerez de la Frontera será testigo de cómo Ana Cristina Portillo y Santiago Camacho se juran amor eterno en la catedral. La pareja después continuará la celebración en la finca Santiago, que perteneció a la familia de la novia, concretamente a sus abuelos maternos, el bodeguero Beltrán Domecq González y Ana Cristina Williams.
Esta finca ocupa un lugar destacado en el corazón de Ana Cristina, porque fue su hogar, pero también el de su madre, a quien perdió en 2004 a causa del cáncer. La muerte de Sandra Domecq fue un duro golpe para todos los que la quisieron, que no son pocos, pero sobre todo para sus hijas. Ana Cristina tenía en ese momento diez años y sus hermanas mayores no dudaron en arroparla al máximo. También Bertín Osborne, primer marido de Sandra y padre de sus otras tres hijas: Alejandra, Eugenia y Claudia.
El 28 de septiembre todos ellos se reunirán para ver como Ana Cristina y Santiago se casan, una boda muy esperada por toda la familia y que supone un punto y seguido en la relación de esta pareja, que comparten su vida desde hace siete años. Una discreta relación que han sabido mantener en la intimidad, por lo que poco se conoce de ambos, pero sobre todo del novio.
Ana Cristina, hija de Sandra Domecq y el fotógrafo y empresario Fernando Portillo, y Santiago Camacho llevan juntos muchos años, pero es ahora cuando han decidido que es el momento adecuado para casarse. De hecho, se comprometieron mucho antes de hacerlo público, pero por motivos personales pensaron que no era el momento de organizar la boda, cuando vieron que sí lo era, hicieron público su compromiso en las páginas de la revista Hola.
Los años que llevan juntos han hecho que Santiago, ingeniero industrial de profesión, sea uno más en la familia de Ana Cristina, de hecho, en la entrevista concedida para confirmar su enlace, la joven bromeaba asegurando que Santi, como le llaman, es el preferido de sus hermanas y que puede que le escogieran a él antes que a ella si tuvieran que elegir.
Camacho estudió la carrera en la Universidad de Sevilla y cuenta con una amplia trayectoria profesional, tanto colaborando con la empresa familiar Camacho Foods, para quienes estuvo trabajando en 2006 en Kentucky y Florida, como trabajando para otras empresas. También ha estado trabajando en Polonia, en Sevilla y en Cádiz.
Ahora la pareja parece estar más que preparada para comenzar una nueva etapa en sus vidas, aunque parece que de momento no tienen claro si tras la boda aumentarán la familia o esperarán un tiempo para disfrutar a solas de su vida de casados. “Quiero disfrutar un poco del matrimonio, pero este año cumplo 31 y estoy un poco en esa tesitura. No sé, da igual lo que planees, va a ser lo que Dios quiera. Lo mismo dices 'me quiero quedar embarazada cuando me case' y tardas tres años, o al revés”, explicó Ana Cristina en la ya mencionada entrevista.