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A tan solo unas horas del que promete ser el evento más importante de su vida, Ana Cristina Portillo se encuentra inmersa en los últimos preparativos de su esperada boda, que tendrá lugar este fin de semana. La empresaria, conocida por su impecable sentido del estilo y su presencia en la alta sociedad, ha optado por una ceremonia en la exclusiva finca familiar de Jerez que será testigo de su enlace, al igual que lo fue de sus otras tres hermanas.
En los días previos al gran evento, Ana Cristina ha compartido en redes sociales algunos destellos de su vida mientras se prepara para el gran día, todos ellos rodeada de las personas que más quiere. La novia ha aprovechado cada instante para disfrutar de su entorno, ultimar preparativos y además, ha recibido una sorpresa especial para ella.
Desde buena mañana, la hija de Sandra Domeneq, que falleció en 2004 cuando ella era muy pequeña, fue a recoger, acompañada de su padre Fernando Portillo, el chaqué que él lucirá durante la ceremonia. Este íntimo gesto, lleno de significado para ambos, se complementó con un desayuno. Asimismo, la mañana del jueves también fue a por su vestido de novia, una pieza nupcial firmada por Jorge Acuña.
Por la noche, Ana Cristina y su futuro marido, Santiago Camacho, decidieron disfrutar de una velada especial saliendo a cenar en un restaurante de alta cocina. En un ambiente íntimo y relajado, la pareja aprovechó para compartir un momento tranquilo antes del gran día. La futura novia publicó en sus redes sociales un ‘story’ junto a su prometido, acompañando la imagen con la romántica frase “date night”, mostrando la complicidad y el amor que los une en estos últimos instantes antes de convertirse en marido y mujer.
La joven prometida ha compartido con sus seguidores un vistazo de la exquisita cena que disfrutó junto a Santiago Camacho en uno de los restaurantes más exclusivos de Jerez, en la que cada detalle gastronómico reflejó el buen gusto y la elegancia que caracteriza a la pareja.
Ana Cristina Portillo vivió un momento mágico dos días antes de su boda al recibir una sorpresa muy especial: la inesperada visita de una libélula, que se posó delicadamente en su mano. La novia, conocida por su aprecio por los significados detrás de cada detalle de la vida, se emocionó al interpretar este encuentro como una señal de transformación y renovación, valores que simbolizan las libélulas. Para Ana Cristina, este pequeño pero simbólico gesto de la naturaleza no pudo llegar en mejor momento, justo cuando está a punto de embarcarse en una nueva etapa junto al amor de su vida.
”Se dice que, cuando una libélula se posa sobre ti, trae mensajes de cambio, transformación y buena suerte”, ha transmitido Ana Cristina. Además, es creyente de que significa “una visita de seres queridos que ya no están, para recordarte que siguen cuidando de ti”.