Ana Cristina Portillo comienza una nueva etapa en su vida porque tras siete años de relación, la joven se casa con su pareja, Santiago Camacho. Un importante paso para ellos, que hasta el momento habían vivido por separado, manteniendo una relación a distancia. “Vamos a empezar la convivencia ahora cuando nos casemos y por ahora vamos a vivir en Madrid. Gracias a Dios, no hay que buscar casa, ya la tenemos”, explicaba durante una entrevista para la revista Hola. “De hecho, yo me mudé ya en noviembre y él se mudará aquí”.
Un cambio de escenario que no hace nada sencillo conocer los detalles sobre la casa en la que vivirá con su marido, pues los preparativos de la boda, que han compaginado con sus trabajos, han hecho que la joven tenga poco tiempo para actualizar sus redes sociales. Sin embargo, todo apunta a que la nueva vivienda sigue teniendo la esencia de Portillo.
Ana Cristina siempre ha tenido un lado artístico que con el tiempo ha ido dejando salir y ha convertido en su profesión, porque aunque comenzó su andadura profesional en el mundo de la banca, ahora se dedica a crear diseños en textiles, de hecho, ella misma define su labor artesanal como la forma de plasmar su búsqueda de la felicidad. “Hoy en día me dedico a diseñar estampados a partir de mis dibujos y acuarelas, persiguiendo la originalidad y unicidad de cada diseño, y la autenticidad inherente a lo ‘hecho a mano’”, explica en la página web donde muestra sus creaciones.
A pesar de ser una mente creativa, parece que sus gustos en decoración son un poco más clásicos, o por lo menos eso puede verse en las escasas pinceladas que ha mostrado en las redes sociales de los hogares en los que ha vivido. Espacios en los que predominan los tonos claros y los colores blancos, un toque minimalista que es también una suerte de lienzo en blanco que le permite crear.
De su nueva vivienda poco se ha podido ver, salvo algunas molduras que llenan de personalidad el espacio y detalles metalizados, que contrastan con los blancos brillantes en un mueble de cajones. En su hogar anterior sí que se fotografió frente a grandes espejos, que multiplican tanto la luz como el espacio, y mesitas de cristal, con las que se consigue un efecto similar.
Algunas lámparas de mesa de corte clásico, a juego con cómodas de madera en tonos un poco más grisáceos, acabados más clásicos que las líneas sencillas y rectas que se han podido ver en su nueva casa. Pequeños detalles que seguramente irán cambiando con el paso del tiempo y conforme la pareja haga que esa casa sea de ambos, un nuevo hogar en el que comenzar esta nueva etapa de su vida, en la que Ana Cristina no descarta ampliar la familia, aunque según comentó al medio citado anteriormente, no es algo que tenga prisa por cumplir, aunque ya lo van pensando.