Ana Cristina Portillo y Santiago Camacho han decidido dar un paso más en su relación y tras varios años compartiendo sus vidas, han decidido unirlas en matrimonio. La pareja lo ha planeado todo para que el 28 de septiembre todos sus seres queridos puedan compartir con ellos un momento tan importante y eso incluye, por supuesto, a las hermanas de Ana Cristina, pero también a Bertín Osborne.
Osborne es el padre de las tres hermanas mayores de Ana Cristina, Alejandra, Eugenia y Claudia, nacidas del matrimonio del cantante con Sandra Domecq. Si bien su relación sentimental no pudo ser, entre ellos siempre existió una gran amistad, mucho cariño y respeto, y Bertín siempre ha tratado a Ana Cristina casi como a una hija. La muerte de Sandra en 2004 no cambió eso, sino que lo reforzó, haciendo que todos se apoyaran mutuamente para superar la pérdida.
Con su madre siempre en mente, la joven planea casarse en la catedral de Jerez y celebrar su boda en la que fue la casa familiar de Sandra, la finca Santiago. Será una gran celebración del amor de la pareja, que con este enlace pone un punto y seguido a su historia de amor, un nuevo capítulo de su vida en común que, por lo que han ido comentando, parece que se mueren de ganas de comenzar.
El pasado mes de abril, Ana Cristina confirmaba los planes de la pareja de pasar por el altar y lo hacía en una entrevista para la revista Hola. Ahí confirmaba que hacía tiempo que habían decidido casarse, pero que hasta el momento no habían pensado fecha ni se habían puesto a organizarlo, pero, una vez que ya vieron que era el momento adecuado, habían decidido compartirlo con todos.
La pareja siempre ha llevado su relación con gran discreción, desde el principio de la misma. De hecho, era la propia Ana Cristina la que confesaba que, a pesar de lo guapo que le parece su pareja, lo suyo no fue amor a primera vista, sino algo que se fraguó más a fuego lento. “Nos conocimos porque es muy amigo de mi primo Jaime y empezamos a coincidir en planes. Él vivía fuera de Madrid y hubo una época en la que estuvo viniendo mucho, hacía muchos planes con mi primo y empezamos a vernos... y ya en una feria surgió el amor”, reveló en el citado medio.
Además de llevar su romance con gran discreción, también han tenido que hacer frente a la distancia, porque hasta el momento Santiago sigue viviendo fuera de Madrid, eso sí, los planes de la pareja son comenzar a convivir en la capital una vez que se casen, comenzando la nueva etapa con grandes novedades, aunque también con mucha ilusión.
También reveló que para la pedida de mano, Santi no se arrodilló, “si se arrodilla ahí, me muero”, contaba divertida. “No sé si me hubiese encantado o lo hubiese odiado”. Fue durante una escapada a Roma de la pareja donde decidieron pasar el resto de su vida juntos y sellar su pacto con esta boda.