Cuando oímos hablar de bodas siempre se nos viene a la cabeza esa estampa soleada y llena de flores en plena primavera. Boda es sinónimo de vestidos de verano fluidos y ligeros, celebraciones al aire libre y ninguna previsión de precipitación en el horizonte. Pero no siempre ocurre lo mismo. Y es que, aunque la temporada de bodas por excelencia sean la primavera y el verano más profundos (es decir, de mayo a septiembre), hay bodas durante todo el año. Y poco importa el color naranja de las hojas en el suelo, la lluvia, la nieve o que el día amanezca más gris de lo esperado, las bodas se celebran igual e incluso pueden llegar a ser mucho más originales.
Eso sí, echando mano de algunos trucos, porque celebrar una boda en invierno no es tarea fácil. Hay que tener en cuenta todos los detalles que ya se deben contemplar para una boda de por sí. Hay que tener en cuenta el frío, por lo que habrá que adaptar nuestro vestido de novia, que deberá ser un vestido de novia de invierno, también los zapatos, elegir estratégicamente el sitio dónde se celebrará la ceremonia y recepciónrecepción de la boda, en función de si es una boda civil o por la iglesia y del tiempo que se espere para ese día. Hay incluso que prestar atención a cómo se decorará el espacio de la celebración y hasta al peinado.
Para el vestido de novia de invierno, lo más fácil es costar por un vestido de manga larga y escote barco aunque cerrado o redondo. Otra de las opciones es elegir el vestido que más se adapte al estilo con el que habíamos soñado lucir hasta dar el “sí, quiero” independientemente de la estación en la que nos casásemos.
Es decir, da igual si el vestido es de manga larga o corta, más o menos fino o fluido, de encaje y transparencias u opaco. Para reforzarlo solo tendremos que añadir un abrigo o sobrevestido, como hizo María Pombo. También se puede apostar por las capas, que aportan un toque de elegancia y diferenciador a nuestro vestido de novia, aunque habrá que asegurarse de que no sea demasiado recargada para no restar importancia al vestido de novia ni cambie su esencia o estilo.
Aunque si te atreves, también puedes dar un giro al concepto de vestido de novia y cambiar el clásico vestido de novia de invierno por un traje con pantalón. Una opción de lo más original y de rabiosa actualidad que hará de tu look de novia uno inolvidable.
Otra de las formas con las que el vestido de novia se adapta al invierno es a través de los zapatos y demás complementos. En lugar de sandalias se puede apostar por salones y para la celebración tras la ceremonia, si prefieres algo cómodo ahora se han puesto de moda entre las novias las sneakers tipo Converse (85 euros), tanto planas como de botín. En cuanto a los complementos, cambia el velo fino por un tocado con rejilla y si te atreves, incluye unos guantes largos a lo Audrey Hepburn, darán un toque clásico muy elegante.
Si te casas por la iglesia, no habrá que dar muchas vueltas a “la idea” de donde celebrar la ceremonia, aunque sí habrá que buscar la iglesia o capilla que más se adapte a vuestros gustos. Mientras, si se trata de una boda civil, habrá que elegir ambos espacios, tanto la celebración como la ceremonia. En ambos casos, prescinde de celebraciones al aire libre, aunque tengas a tu disposición una carpa, ya que si el tiempo falla ese día, será mucho más fácil que te arruine la boda. Por eso, aunque pueda parecerte una idea algo arcaica apuesta por un salón o una casa en una finca, la decoración hará el resto.
Al ser una boda de invierno, la decoración deberá ir de acuerdo a la estación, aunque siempre respetando nuestro estilo. Incluye detalles otoñales de naturaleza, como hojas, troncos, musgo o flores secas si quieres aportar un aspecto más natural y silvestre, que tanto se ha puesto de moda.
En esta misma línea irán también las invitaciones. Las versiones a todo color se reservarán para los meses siguientes, apostando ahora por tonos más oscuros y estilos más clásicos, aunque las flores y los motivos de la naturaleza, como ocurre en la decoración, seguirán estando muy presentes aunque con un aspecto algo más apagado, como estas que propone IVM Estudio, expertas en decoración de bodas.
En cuanto al peinado, esta es quizás es la parte más libre, y es que muchos son los peinados que se adaptan a una boda de invierno. Buscaremos las opciones que mejor vayan con el vestido elegido o con el traje en cuestión. Por ello, lo mejor será apostar por un recogido, ya sea moño o trenza y preferiblemente bajo, para seguir colaborando con ese aire clásico de las bodas de invierno, aunque no demasiado peinado, para colaborar también con ese romanticismo. Para aportar un extra, añade unas flores secas que adornen el recogido.