Se acerca el gran día B y llevas meses inmersa en los preparativos del que promete ser el día más feliz de tu vida. Pero si sumamos la cantidad de cosas que hay que organizar a las altas expectativas que se tienen para el día de la boda, lo más lógico es que los nervios empiecen a aflorar a medida que se acerca la fecha señalada.
Pero, aunque sea lo esperable estar nerviosa, si no consigues controlar ese estado llegarás a tu boda hecha un manojo de nervios. Además, habrás pasado los días previos con mal humor, sin poder dormir bien y acumulando cansancio. Consigue mantener los nervios bajo control con estos consejos y deja que en tu boda solo sientas la emoción que corresponde a un día tan especial.
Los preparativos de una boda pueden desbordar a cualquiera, sobre todo si se trata de la tuya. Si cuentas con wedding planner, déjate aconsejar ya ayudar en todo momento, y confía en que tiene todo controlado. Y si tienes duda, pregúntales para que tengas claro que no hay ningún cabo suelto que pueda sorprenderte en el último momento. Si te has encargado tú misma de la organización, cuenta con ayuda de personas de confianza, ya sean familia o amigos, y delega en ellos determinadas responsabilidades que te ayuden a aliviar la carga.
Por supuesto que quieres que todo el mundo esté contento ese día y tienes en cuenta las preferencias de cada uno de los asistentes. Seguro que en cada paso de los preparativos, les has imaginado disfrutando, emocionándose o sorprendiéndose. Pero los verdaderos protagonistas del día sois tú y tu pareja, y el motivo de que existan los invitados es que quieren celebrar con vosotros vuestra unión. Así que no pongas a nadie por delante de vosotros y prioriza qué es lo que realmente queréis para ese día.
Las técnicas de relajación pueden hacer milagros a la hora de controlar el estrés. Practicar meditación a diario te será de gran ayuda. Puedes ayudarte con aplicaciones y tutoriales, o acudir a algún centro de meditación para aprender y luego continuar en casa. Disciplinas como el yoga también te serán de ayuda, además de servirte para mantenerte en forma. Y siempre que sientas que el estrés te sobrepasa, párate y respira hondo varias veces seguidas.
Un correcto descanso es uno de los grandes pilares de nuestro bienestar y debemos cuidarlo siempre pero, aún más, en épocas en las que el estrés puede ser un factor predominante en nuestra vida. Sé rigurosa con las horas que duermes y ayúdate con infusiones, duchas o baños de agua caliente, música relajante… Al menos dos horas antes de meterte en la cama desconecta el móvil y busca rodearte de relax. Así afrontarás llena de energía y buen humor todo lo que venga al día siguiente.
Si ya tienes el hábito de hacer deporte, es fundamental que lo mantengas en este momento. Aunque te sientas muy ocupada con los preparativos, resérvate el tiempo de ir al gym, a correr o para hacer deporte en casa. Te hará sentir bien, liberarás endorfinas a raudales y, además, sentirás que llegas a la boda estando en forma.
Sueña con la boda que estás preparando, no con una imaginaria que no va a ocurrir. Es decir, no pierdas de vista tu presupuesto, el lugar elegido, ni el resto de detalles. Disfrútalo todo al máximo porque es lo que has elegido y lo que puedes hacer, y sin duda será maravilloso. Y, por supuesto, ten en cuenta que el día de la boda pueden ocurrir todo tipo de imprevistos, y que no deben alterarse más de la cuenta porque seguro que, de ser así, tiene solución. Enamórate de nuevo de tu pareja, de vuestra relación y del día tan importante que estáis preparando con tanto amor.