La tradición de que sea el hombre el que debe pedirle matrimonio a la mujer es, afortunadamente, cosa del pasado. Si crees que es el momento de dar el siguiente paso en la relación y ha llegado la hora de pensar en casaros, puedes sorprender a tu chico pidiéndole matrimonio de la manera más romántica y original. Lo hagas como lo hagas, seguro que es una gran sorpresa para él que concluye con el anhelado “sí, quiero”, y para ayudarte a que sea un momento inolvidable, aquí tienes estas ideas originales para pedirle que se case contigo.
Prepara una habitación de la casa como si se tratara de una sala de exposiciones, e invítale a hacer un recorrido por vuestra historia de amor desde el momento en el que os conocisteis. Seguro que atesoras fotos, entradas, postales… que cuentan vuestra relación, y que puedes colocar en orden cronológico para que las vayáis repasando juntos. Y la última de todas será, como ya imaginas, la gran pregunta, a la que ya vais a llegar muy emocionados.
Las primeras veces siempre ocupan un lugar especial en nuestros recuerdos, y seguro que los dos tenéis muy presente el primer viaje que hicisteis juntos. Si no te resulta muy difícil repetirlo, podéis embarcaros rumbo a la aventura, y al llegar al destino, sorprenderle pidiéndole matrimonio. Así seguiréis acumulando buenos recuerdos en ese lugar tan importante para vosotros.
Todos tenemos cosas que deseamos hacer y, por un motivo u otro, vamos dejando pasar. Piensa en aquello con lo que tu chica sueña y le haría mucha ilusión, como ir al concierto de su grupo favorito o conseguir un juego que le trae buenos recuerdos de su infancia. Tú mejor que nadie sabes qué es aquello que tanto desea, y ofrecérselo unido a la pregunta de si quiere casarse contigo puede ser un combo perfecto.
Si tu chico pasa tiempo sentado frente al ordenador, el teclado puede convertirse en el lugar perfecto para que se encuentre con tu propuesta. Eso sí, debes hacerlo con mucho cuidado. La idea es que cubras las teclas con letras hechas por ti en papel, y que las pegues con celo o cualquier adhesivo que no deje restos sobre las letras originales. Hay que hacerlo de tal forma que las únicas letras que queden a la vista sean las que le preguntan si quiere casarse contigo. Alucinará.
Consigue un ejemplar de su libro favorito para darle la gran sorpresa. Debes utilizar uno nuevo, y no el que guarda con tanto cariño en la estantería. Recorta las páginas con forma de corazón, introduce en el hueco un anillo y regálaselo. Al principio no entenderá nada, pero cuando lo abra se derretirá de amor.
Si vuestro piso es exterior, elige una ventana desde la que le vayas a pedir que se asome a la calle, y justo ahí, en el suelo, escribe con tiza (blanca o de colores) la petición de matrimonio. Una vez que lo hayas escrito, procurando que no sea un día de lluvia, sube a casa y pídele que se asome contigo al balcón. Su cara al ver el mensaje será inolvidable.