Por boda vikinga puede que no nos venga nada pero a pesar de que cuando escuchamos la palabra boda lo primero que se venga a nuestra mente sea esa celebración a pie de iglesia y con la novia luciendo un vestido blanco de cola kilométrica, no todas las bodas son así. Y no nos referimos a las bodas por lo civil, que cada vez se pueden hacer más a nuestro gusto. Ahora cada vez hay más tipos de enlaces y una que se ha puesto realmente de moda es esta boda vikinga.
Pero la boda vikinga no es una tendencia de bodas, sino más bien una tradición que quieren seguir algunos novios porque es un auténtico ritual. En concreto, una tradición escandinava, que ha pasado de generación en generación. Y es que una boda vikinga cuenta con sus propias costumbres, su propia forma de darse el “si, quiero”, trajes específicos tanto para el novio como para la novia y muchos más detalles a tener en cuenta para hacer una boda vikinga digna de llevar ese nombre.
Porque en una boda vikinga hay ofrendas a los dioses para conseguir su bendición, los regalos no son los típicos de una lista de bodas, banquete típico y rituales como el rapto de la novia y el robo de los zapatos y, por supuesto, el lugar debe ser adecuado y acorde al acontecimiento que va a suceder.
En definitiva, celebrar una boda vikinga es algo original donde lo haya, de hecho, no se nos ocurre una boda con más personalidad, pero también es atrevido en todos los sentidos, especialmente por todo lo que hay que tener en cuenta. Si estáis decididos a lanzaros a la piscina, esto es todo lo que tenéis que saber para dar en el clavo con vuestra boda vikinga.
Esto es uno de los primeros puntos a tener en cuenta, porque es como iréis vestidos vosotros y si no vais acorde con la estética nada tendrá sentido entonces. El traje de novia para una boda vikinga es (o era) tradicionalmente de color negro y se completaba con algunos toques de encaje blanco y capas de otros colores o incluso de piel y pelo, por eso, el mejor momento del año para celebrar este tipo de bodas será en invierno.
A pesar de que son el gris y el negro los colores oficiales del vestido de novia de una boda vikinga, ahora, cada vez más, se pueden encontrar en otros colores y también diseños en blanco más tradicionales, aunque nunca de estilo princesa o algo demasiado pomposo sino más bien romántico. Eso sí, seguirán adornados con los detalles de las pieles.
Mientras, el novio, como era de esperar, no lucirá nada parecido a un esmoquin. De nuevo, las pieles a modo de capa o cruzadas adornando el look seguirán siendo un complemento importante. Por la parte de abajo, un pantalón oscuro sumado a una camisa blanca o cruda algo remangada y un chaleco o casaca.
Lo bueno es que cada vez más, se celebran este tipo de bodas, por lo que se ha terminado adaptando el vestido de novia blanco y romántico a este escenario. Al igual que el look del novio se ve completado, aunque vaya con camisa y pantalón, por algún detalle de pieles y pelo.
Es fundamental que haya muchos invitados, porque cuanto más ruido haya mucho mejor. Y es que, en las bodas vikingas, esto es buena señal. Según su tradición, el ruido ahuyenta a los espíritus malignos y, por tanto, a los problemas y barreras y dificultades que se pueda encontrar la pareja.
Olvídate de flores, centros y carteles en las mesas, así como de una bonita cubertería realmente cuidada, la mesa de una boda vikinga y la decoración del espacio en el que se celebre es completamente distinto a lo que estamos acostumbrados. Todo se decorará de forma muy medieval, con utensilios de madera, cálices, vasos en forma de cuernos, candelabros y velas, platos y fuentes de metal, alguna arma y también armaduras antiguas. La luz debe ser muy tenue, como si de un castillo de la época se tratase.
Por eso será muy importante elegir un entono que pueda casar a la perfección con este tipo de decoración. Será genial celebrar aunque sea una parte de la otra en un castillo medieval, para que sea mucho más fácil conseguir la estética y la decoración. Estos castillos suelen estar normalmente en valles o en medio de la naturaleza, algo también esencial en este tipo de bodas. De hecho, si no encontramos un castillo medieval que nos convenza, la otra opción es celebrar la boda vikinga en plena naturaleza.
Para el enlace se debe construir un arco con ramas y flores entrelazadas, que representará la unificación de las dos familias.
Los regalos de una boda vikinga no son iguales que los de una boda tradicional occidental, aunque esto es solo por seguir la tradición. Es decir, los invitados podrán llevar un regalo como puede ser una capa, piel, algún arma, etc. Pero el verdadero regalo puede ser más habitual, o en forma de dinero o con algo que vosotros necesitéis para la casa o vuestra vida.
El banquete, como la decoración, debe estar inspirado en los vikingos y en la era medieval. En este sentido, se disfrutará de carnes asadas, frutas y todo tipo de alimentos más artesanales y no tan actuales o de cocina de autor como se ven en las bodas de ahora.
Hay diferentes pasos o ritos que hay que cumplir en las bodas vikingas. Entre ellos, los recién casados harán un juramento de lealtad dirigiéndose al viento, el fuego, el mar, la tierra en presencia del Godi (sacerdote vikingo).
Después, otra de las tradiciones pasa por el robo de la novia a manos del novio, para pasar un momento de intimidad después de la ceremonia.