Si estáis pensando en organizar una boda civil y no sabéis qué ritual elegir para el ‘sí, quiero’ podrás observar que hay una infinidad de opciones. Una de las más socorridas es el ritual de arena. El origen de esta tradición no está del todo claro y la mayoría de las teorías apuntan a dos variantes distintas.
Una de las primeras versiones apunta a que la ceremonia de arena tiene su origen en la antigua tradición hebrea, el llamado ‘pacto de sal’. Esto se dio en los tiempos del patriarca Abraham, en el que el pacto de sal se utilizaba para sellar distintos acuerdos, amistades y contratos. De esta manera, cada parte se llevaba un saco de sal y lo mezclaban en el suelo. Una vez que esta estuviera mezclada, nunca podría separarse, convirtiéndose en un pacto para toda la vida.
Otras teorías apuntan a que apareció en las antiguas bodas hawaianas, que se celebraban en la playa y con la arena se sellaba la unión de los esposos. Para ello, cada pareja traía un puñado de arena de su lugar natal y se mezclaba como símbolo de unión y amor eterno.
Para realizar este ritual en tu boda, lo mejor será que te hagas con tres botellas de cristal transparente o varios recipientes, también de cristal. Lo ideal será que utilicéis frascos de distintos tamaños y, además, podréis crear marcos personalizados con una foto. Otra opción será recurrir a un reloj de arena vacío.
Antes de que comience el ritual, se deberá colocar la arena correspondiente a cada uno de los novios en los recipientes elegidos. El tercero será aquel en el que, más adelante, verteréis la arena conjunta. Este tendrá que ser más grande que los anteriores y con una abertura más ancha para dejar caer la arena al mismo tiempo y asegurarse que todo quede bien mezclado.
Respecto a la elección de la arena, lo más normal será que la arena decorativa de cuarzo sea de distintos colores. Así, nos podremos encontrar con arena blanca, negra, gris, rosa, azul, verde, lila, marrón, etc. Además, podréis combinar dos tonalidades, las que más os gusten y que conjunten entre ellas. Este ritual se llevará a cabo después del intercambio de alianzas y de la lectura de votos.
La ceremonia tendrá que estar dirigida por un oficiante, que será quien lea unas palabras para dar más significado al momento. Una vez se haya hablado, la pareja verterá sus respectivas arenas en el recipiente elegido y la arena se mezclará y no podrá separarse. Aunque eso sí, la boda se podrá modificar según vuestras preferencias. También, podréis dejar un poco de arena en los frascos, simbolizando que cada uno vais a mantener vuestra propia personalidad.
En el caso de que tengáis hijos, también podréis querer que sean los protagonistas. E, incluso, los invitados. Ellos pueden ser los encargados de acabar de rellenar el recipiente que habéis elegido, simbolizando que son personas fundamentales en vuestra vida y que seguirán estando a vuestro lado en esta etapa tan importante y emotiva.