Un conjunto de dos piezas es una opción como look de invitada de boda que puede convertirte en lamejor vestida. Ya elijas llevar pantalón o falda, tienes un mundo de opciones que encajan tanto en bodas de día como de noche.
Entre las opciones con pantalón puedes elegir desde un sastre estampado hasta el clásico esmoquin que se convertirá en fondo de armario. Si prefieres las faldas, tienes para elegir desde un modelo midi satinado a una larga y con volumen que sea la estrella del look.
Lo mejor de elegir un conjunto de dos piezas es que, tras el evento, puedes sacarle mucho partido ya que tienes la posibilidad de usar cada prenda por separado combinándola con looks menos formales.
Un pantalón especial con una blusa o un traje sastre son algunas de las apuestas más diferentes para una boda de día si quieres dejar de lado el vestido midi, aunque hay opciones muy especiales para bodas de noche como el esmoquin que podrán formar parte de tu armario para toda la vida.
Un pantalón combinado con una blusa especial es una apuesta muy apetecible para una boda de día. Apuesta por un modelo en un color saturado que desprenda optimismo y combínalo, como Nieves Álvarez, con algún tono de su misma familia. Otra opción es jugar con los bloques de color y elegir tonalidades opuestas tanto para la blusa y el pantalón, como para los zapatos y el bolso.
Un sastre estampado es otra apuesta muy juvenil con la que no vas a fallar en una boda de día. Esa fue la elección de Alejandra Corsini en una de las últimas bodas mediáticas de la aristocracia, la de su prima Belén Corsini con Carlos Fitz-James Stuart.
El terciopelo es un clásico de las bodas de otoño-invierno que funciona muy bien en formato traje de chaqueta. Si lo vas a llevar a una boda de día apuesta por tonos claros o saturados y si es tu look de invitada para una boda de noche, elige tonos profundos.
Una boda de tarde que se alargue hasta la noche es la ocasión perfecta para lucir un traje sastre en tejido satinado, ya apuestes por colores sólidos o metalizados. Si no quieres cargar demasiado el look, llévalo sólo o en compañía de un top sencillo y que no brille.
Para una boda de noche que se alargue hasta el amanecer tienes dos opciones que podrás guardar en tu armario para toda la vida. La primera es el clásico esmoquin masculino que Yves Saint Lauren trasladó con acierto al armario femenino. La otra es un traje sastre de lentejuelas al más puro estilo Studio 54.
Las faldas son la otra apuesta que debes plantearte si buscas un look de invitada compuesto por dos piezas. Lo habitual es elegir el tamaño midi para bodas de día y reservar las largas para una boda de noche, aunque los tejidos tienen mucho que decir al respecto.
Una falda satinada de largo midi es una opción muy adecuada para una boda de día. Puedes optar por un look coordinado con el que consigues un efecto vestido, u optar por piezas desparejadas en la misma gama cromática o en bloques de color.
Una falda larga de tubo es una apuesta versátil que puedes llevar a una boda de tarde y de noche, depende del color, el tejido y de con qué otras prendas la acompañes. Ana Fernández ha elegido un modelo con estampado en zig-zag y aplicaciones de flecos, que combina con una blusa sencilla con un detalle especial en los hombros.
Las lentejuelas es mejor reservarlas para la noche, donde pueden encajar con prendas discretas o tan llamativas como este cuerpo de encaje y mangas de plumas por el que apostó Anna dello Russo en la premier de House of Gucci.
Hay piezas que están destinadas a ser la estrella del look y es el caso de esta falda larga en tejido de tul con estampados, que solo necesita un top negro muy sencillo para ser la invitada más especial de la noche. No es necesario que te hagas con este modelo de Dior, puedes optar por cualquier falda larga con volumen, desde una en tejido de tafetán, a un diseño bordado, de encaje o con varias capas de tul.
Si estás buscando un conjunto de invitada de noche más especial, la apuesta de Milay Cyrus con un conjunto de falda de flecos en azul metalizado y top a juego rematado con una gran tira de plumas en contraste. Una apuesta bastante arriesgada sólo apta para una boda muy especial.