La familia Grimaldi es una de las más elegantes del mundo. La tradición comenzó con la llegada de Grace Kelly a Mónaco, que inundó el palacio monegasco de estilo, belleza y elegancia. Es por eso que las bodas siempre han sido uno de los eventos más icónicos del pequeño país y todos los ojos han estado puestos en los outfit elegidos.
Uno de los enlaces más recordados fue el de Carolina de Mónaco con Philippe Junot. La boda puso el broche final a una relación que había sido especialmente complicada. La pareja se conoció en una discoteca de París cuando Carolina se había trasladado a la capital francesa para estudiar en la Sorbona. Junot era 17 años mayor que ella y, desde un primer momento, Carolina supo que quería pasar el resto de su vida junto a él. Eso sí, a sus padres no les pareció una buena idea. A pesar de un primer desacuerdo, Raniero y Grace Kelly anunciaron la fecha de boda para el 29 de junio de 1978.
La boda religiosa se celebró en el Palacio de Montecarlo y a ella asistieron más de 800 personas, entre los que estaban Ava Gardner o el actor David Niven. Para ese primer paso por el altar, Carolina se decantó por un vestido formado por dos piezas con flores bordadas y una estética boho chic. Estaba firmado por Christian Dior, una de las marcas de cabecera de la casa Grimaldi. Pese al amor que mostraron los novios, el matrimonio no duró demasiado tiempo. Parece ser que las infidelidades fueron el detonante para que la relación se rompiera.
Cinco años después de pasar por el altar junto a Junot, Carolina se dio el ‘sí, quiero’ con Stefano Casiraghi, quien se convirtió en uno de los amores de su vida. La pareja se casó en octubre de 1983 en una boda íntima a la que solamente acudieron 30 invitados. Fue una boda civil, ya que Carolina no había conseguido la nulidad matrimonial con Junot.
Para el enlace, como no podía ser de otra manera, la joven volvió a confiar en la casa Dior. Fue Marc Bonhan, el director creativo de la Maison, el que diseñó ese vestido. Este iba cruzado, en satén y con un corte midi. Durante su relación, Carolina y Stafano tuvieron tres hijos: Stefano, Pierre y Carlota.
La felicidad de la familia se vio empañada por la tragedia a causa de un fatídico accidente de Casiraghi mientras participaba en una competición en alta mar. Para Carlota y sus tres hijos fue un duro golpe y, por eso, decidieron mudarse a la pequeña localidad de Saint Remy.
Su tercera boda se celebró el 24 de enero de 1999 y sin ningún anuncio previo. Fue una ceremonia íntima y privada, donde la princesa se dio el ‘sí, quiero’ con Ernesto de Hannover. A la boda tan solo acudieron los tres hijos de Carolina, los dos de Ernesto, Raniero y Alberto de Mónaco, así como la princesa Antoinette y dos amigos que hicieron de testigos.
Para ese momento tan especial, la princesa se decantó por un diseño de Chanel, otra de sus marcas de cabecera. Carolina lució un dos piezas en gris perla bajo el cual escondía un incipiente embarazo: seis meses más tarde nacía Alejandra.