La pandemia no ha acabado con las bodas, a pesar de que ya no son lo que eran. Si bien la ley permite que se celebren, existen unas precauciones de necesario cumplimiento por parte de todos los asistentes. La finalidad es garantizar la seguridad de todos y, por supuesto, disfrutar cuanto sea posible.
Pero es posible que, tanto si estás organizando tu boda como si vas a asistir a una próximamente, tengas dudas acerca de cuáles son las medidas de precaución que deberías tomar. Por eso te ofrecemos esta checklist con las pautas que han de tener en cuenta novios e invitados, de manera que solo os preocupe pasarlo bien y celebrar el amor junto a las personas queridas.
Resulta paradójico que un día que está reservado para celebrar el amor entre dos personas no esté permitido el contacto físico ni las muestras de afecto. Pero es vital que no nos dejemos llevar por la emoción y sepamos que hay muchas formas de demostrar cuánto nos importan las personas que tenemos cerca, y no hay mejor forma de hacerlo que estar ahí, de cuerpo presente asistiendo a un “sí, quiero” en tiempos difíciles
El uso de la mascarilla es obligatorio siempre que estemos fuera de casa y las bodas no son una excepción. Entendemos que puede resultar cansado y que, desde lo más frívolo pero realista, sintamos que nos apetece lucir nuestra mejor cara ese día. Pero lo sentimos, no es posible. Eso sí, el beso de recién casados no incluye mascarilla. En cuanto al resto de la celebración y para todos los asistentes, solo se puede quitar la mascarilla para comer.
Seguro que muchos de tus invitados, y también vosotros, contáis con unas mascarillas preciosas (y seguras) para ese día. Pero la efectividad de la mayoría de mascarillas tiene una duración determinada que seguramente no cubre el tiempo de la celebración, por lo que lo más aconsejable es cambiarla en algún momento del día. Por no hablar de que puede mancharse o perderse durante la comida.
Asegúrate de que tus invitados puedan acceder a mascarillas de repuesto cuando lo necesiten para que nadie quede expuesto a ningún riesgo (ni exponga a nadie).
Del mismo modo que los invitados van a tener a su disposición mascarillas en todo momento, también tienen que tener acceso a limpiarse las manos las veces que sea necesario. Para ello es fundamental que todos los invitados tengan acceso a dispensadores de gel hidroalcohólico, además poder lavarse con agua y jabón.
Un detalle que puedes tener con ellos es repartirles frascos individuales o toallitas con gel hidroalcohólico, para que no tengan que desplazarse del sitio si necesitan limpiarse.
Es imprescindible que exista un listado con todos los asistentes a la boda. Es una de las principales normas de seguridad ya que, si alguno de los invitados o los novios descubrieran que están contagiados tras la celebración, se podría avisar inmediatamente a todos los asistentes para guardar la cuarentena pertinente. Esta es la forma más eficaz de detectar contagios y de evitar que se propaguen.
Más vale prevenir que curar, por lo que el banquete será en mesa y se suprime el cocktail de bienvenida. Dejar que los alimentos circulen por bandejas de mano en mano, o que todo el mundo tenga acceso a la comida no es la mejor forma de garantizar la seguridad de los asistentes.
Ambas opciones son estupendas para alternar con el resto de invitados, pero ahora es mejor hacerlo sin comida de por medio y manteniendo las distancias de seguridad.
La normativa exige que exista una distancia mínima de 1,5 metros entre una persona y otra una vez se sienten en su mesa. Para ello las mesas ya deben estar dispuestas siguiendo esta medida y todo el mundo deberá respetarlo. Durante el banquete tampoco se podrá levantar nadie para ir a ver a la gente de otras mesas.
La distribución de invitados en cada una también requiere planificación. No puede haber más de diez personas en cada mesa, por lo que se acabaron las mesas largas para mucha gente. Además, lo ideal es que las personas que coincidan en cada mesa tengan una relación cercana y sean, a ser posible, convivientes.
No está permitida la barra libre ni el baile, exceptuando el de los novios. Pero hay alternativas para transmitir la sensación de que la celebración está cambiando de momento. Cambia las mesas de comer utilizadas en el banquete por mesas bajas con cojines y pequeños sillones, pon música agradable y que sea el servicio de catering el encargado de llevar las consumiciones a cada invitado a su sitio. Podréis seguir disfrutando sin poneros en riesgo.