Las bodas están llenas de tradiciones, no hace falta mirar mucho más allá para darse cuenta de ellas. Estas van desde el vestido de la novia, que aunque ahora los hay de muchos colores, siempre ha tenido que ser blanco, hasta las arras y las alianzas, etc., y todas ellas están cargadas de simbolismo y casi superstición. Hasta el punto en el que todo en una boda prácticamente cuenta con un significado especial.
Y es que las citadas son solo el principio. Cuando hablamos de una futura boda ya pensamos en ese objeto azul o ese objeto prestado que debe llevar la novia, si regalará el ramo o por el contrario a quién le caerá encima y así un sinfín de supersticiones de la sabiduría popular en lo que a bodas se refiere, que se tienen en cuenta a la hora de casarse. Quien pensase que tenía que preocuparse solo del vestido, el banquete, las flores de la ceremonia, coordinar a los invitados, preparar los detalles, elegir el cátering, las damas de honor, entre otras muchas cosas, iba listo.
Pero lo cierto es que, al final, no podemos negarnos a incluir todas esas supersticiones convertidas ya en tradiciones de boda en la nuestra. Porque, en definitiva, las bodas se componen de pequeños gestos y detalles que conforman un ritual completo y sin ellos el juego no sería el mismo. Y es que, todas estas supersticiones salidas de costumbres sociales antiguas, refraneros y sabiduría popular son en sí todo un juego. Además algunas contienen un significado de lo más emotivo y especial.
Así que, por si todavía estabas dudando en llevar ese objeto azul o regalar el ramo o lanzarlo, te contamos aquí las razones por las que tienes que incluir esas supersticiones en tu boda. Y no son las únicas. Y es que, la superstición y la tradición, a veces, cuando se unen, no están nada mal.
Es tradición que la novia, a pesar de lo mucho que le guste su ramo, lo regale. La forma en la que más se ha regalado el ramo ha sido lanzándolo. Y es que esta es la manera en la que se ha consolidado la tradición. Y es que, según marca la superstición, la persona a la que le caiga el ramo será la siguiente en casarse.
Ahora bien, la novia puede regalar el ramo de muchas maneras, además de lanzarlo y que caiga aleatoriamente sobre alguna de las invitadas o incluso también invitados. La novia puede partir su ramo en diferentes partes, normalmente no más de dos o tres, y darle una fracción a las personas más importantes de su vida, como su hermana, su madre, su abuela o su mejor amiga. Aunque esto ya es emotivo de por sí, la novia puede regalar el ramo así dando también una carta o una dedicatoria especial con él para cada persona con la que reparta el ramo.
Otra forma de regalar el ramo es, regalar el ramo solo a una persona o regalar el ramo a una persona y después dos o tres ramos más aparte, algo similar a lo primero pero sin repartir el ramo original.
Esta es la superstición que más se oye: “la novia tiene que llevar algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul.”
Pero más que una superstición es un conjunto de símbolos que deberá llevar la novia durante el enlace. La novia lleva algo prestado en la boda como un símbolo de la felicidad que se les desea y pasa a los novios. Ese algo prestado debe venir de alguien especial cercano a los novios, que sea feliz o que tenga felicidad en su matrimonio y con ese objeto o prenda prestados se la pasa a los novios.
El objeto azul significa fidelidad, amor y pureza y suele llevarse de forma discreta, por ejemplo, en el lazo de la liga, pero también puede llevarse como un accesorio más del look a la vista, dando la nota de color y creando un poco de contraste.
El algo nuevo, que es lo más fácil de conseguir, dicho sea de paso, significa esperanza por lo que está por llegar y un símbolo de que los novios están listos para recibirlo. Mientras el algo viejo representa una continuidad con el pasado, de dónde se viene, queriendo seguir e imitar la vida y la felicidad que se ha disfrutado.
Aunque ahora en algunas ciudades se ha prohibido tirar arroz a los novios ni nada que pueda ensuciar, y este ha sido sustituido por confeti o pompas de jabón, por ejemplo, se tira arroz como símbolo de abundancia, descendencia y deseo de un matrimonio próspero.
Novia afortunada. Y es que, en contra de lo que se pueda pensar, haz lo posible por no deprimirte porque no hay motivo. De hecho vas a dejar de cruzar los dedos para que no llueva en tu boda y desear que ocurra lo contrario. Porque las bodas con lluvia son sinónimo de fertilidad en el futuro de la pareja.
Aunque si no te crees mucho este significado y sigues deseando un día soleado a toda costa y dejar que los niños vengan cuando tengan que venir, puedes llevar huevos a las Clarisas para que les recen a Santa Clara por un día de sol para tu boda, dormir con unas tijeras bajo el colchón la noche antes de la boda o dibujar una cruz con sal el día antes.
Se dice que si el novio ve a la novia justo antes de la boda traerá mala suerte. Esto nacía en la época de las bodas concertadas, cuando los novios no se conocían y se conocían justo en el enlace y su matrimonio era un acuerdo entre las familias de ambos. Ahora, esta tradición ha evolucionado, además porque muchas parejas viven juntas antes del matrimonio, con la excusa de que da mala suerte se guarda el factor sorpresa y los novios pasan la noche previa a la boda separados.
Aunque pensases que las perlas era lo que mejor le iba a tu vestido de novia, los romanos decían que las perlas eran lágrimas, por lo que la novia lloraría durante todo el matrimonio.