El día 1 de julio de 2011, en su finca de Cotswold, en Gloucestershire (Reino Unido), celebraban su boda la supermodelo Kate Moss y Jamie Hince, guitarrista de The Kills. Se casaban ante más de 300 invitados en una ceremonia de la que dieron buena cuenta en directo las redes sociales.
La novia llegaba en un Rolls Royce de color plata acompañada de su padre y de su hija Lila Grace, fruto de su unión con Jefferson Hack quien también acudió al evento junto a otras celebridades como Mario Testino, que ejerció de fotógrafo oficial, Mick Jagger, Stella McCartney o Naomi Campbell.
El vestido de novia de Kate Moss se ha convertido en todo un icono de la moda nupcial del siglo XXI, un modelo diseñado por John Galliano de inspiración lencera, romántica y vintage. El novio tampoco eligió un look tradicional, su elección fue un traje cruzado en color celeste diseñado por Stefano Pilati para Yves Saint Laurent.
Estuvieron acompañados por un numeroso grupo de damas de honor, compuesto entre otras por Lila Grace y Lottie Moss, hija y hermana de Kate Moss, así como su amigas Jess Hallett y Ella Richards.
Volviendo al look de la modelo, apostó por llevar la melena suelta y un velo sujeto con diadema diseñado por Stella McCartney, sandalias de Manolo Blahnik y un pequeño ramillete de rosas y lirios de los valles.
No era el mejor momento de John Galliano, por eso ha confesado que hacer el vestido de novia de Kate Moss le salvó la vida. El diseño, creado en exclusiva para la modelo, fue un vestido de inspiración años 20, en seda de color marfil cortada al bies, tirantes finos y cuello en uve y con un corte en zig-zag en la cadera. Un sobrevestido de gasa semitransparente ponía el toque de delicadeza con apliques de pedrería y bordados de inspiración botánica de estilo art decó.
El velo fue creado por su amiga Stella McCartney, una romántica creación en tul bordado con pequeñas flores y sujeto con una diadema y decorado con flores a ambos lados de la cabeza. Se trata de una versión actualizada del Juliet Cap del siglo XVI que se popularizó en las décadas de los años 20 y 30.
Contra todo pronóstico, Kate Moss decidió apostar por todas las tradiciones, también la del ramo nupcial. Eligió un pequeño ramillete de flores en tonos pastel compuesto por lisianthus blancos, lirios de los valles en rosa pálido, rosas vintage en color hueso y rosaal que añadió el toque verde de la alchemilla mollis.
Para los zapatos, unas sandalias de tacón altísimo y escotadas en el empeine, eligió a uno de los grandes: Manolo Blahnik. El propio diseñador confesaba a WWD que «los hicimos hasta cinco veces para que quedaran como ella quería. Mis trabajadores son los mejores. Yo no estaría aquí sin ellos».
En cuanto al maquillaje, sin renunciar a su eyeliner, la novia eligió una apuesta muy natural con una base ligera, iluminador, sombra de ojos nude y labios en tono rosa. El peinado elegido fue 1005 Kate Moss, con la melena suelta peinada con raya en medio y ondas naturales.